SANTA CRUZ

El palacio de todos los santacruceros

El 3 de abril de 1899 comenzaron las obras del edificio, según diseño del arquitecto Antonio Pintor. / ANDRÉS GUTIÉRREZ
El 3 de abril de 1899 comenzaron las obras del edificio, según diseño del arquitecto Antonio Pintor. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

Es un edificio noble, señorial y relevante, acorde con su función pública como casa del pueblo. La actual sede del Ayuntamiento de Santa Cruz, conocida popularmente como Casa de los Dragos, por los dos ejemplares de este árbol canario que hacen de centinelas en su fachada principal, está cumpliendo un siglo de historia. Sin embargo, cuando se proyectó, a finales del siglo XIX, no fue concebido para albergar el Ayuntamiento capitalino, sino para convertirse en Palacio de Justicia. Cambió su destino por un capricho, o mejor dicho, por una decisión. El 3 de junio de 1902, el concejal Pedro Schwartz y Mattos solicitó que se cambiase la finalidad del edificio en construcción y se reconvirtiera en Casa Consistorial. Se aprobó la propuesta y el inmueble pasó a llamarse Palacio Municipal y de Tribunales Superiores, a pesar de lo cual los juzgados se mantuvieron en el antiguo convento. El palacio se concluyó por completo el 13 de septiembre de 1916, aunque con anterioridad ya se habían ocupado algunas dependencias. La de este edificio es una historia larga y curiosa que recogen con detalle en varias de sus publicaciones tanto el cronista oficial de la ciudad Luis Cola Benítez, como el investigador Juan Arencibia de Torres.

Es una historia poco conocida, que aquí refrescamos. Hasta 1813 no tuvo el Ayuntamiento de Santa Cruz una sede oficial para celebrar sus reuniones. Estaba emplazado originariamente en una casa de la plaza de la Pila que hacía esquina con la calle del Castillo. En 1822, y a consecuencia de la primera desamortización, el consistorio se trasladó al antiguo convento franciscano de San Pedro de Alcántara.

Con el regreso de los frailes, pasó a ocupar una casa alquilada en la plaza de la Iglesia, que todavía se conserva. Según cuenta Luis Cola, los regidores municipales habían pensado construir el nuevo Ayuntamiento en el terreno resultante del derribo del antiguo convento de San Francisco, pero las gestiones para la cesión se complicaron y no fraguaron hasta 1900. Esto obligó a cambiar los planes y buscar una alternativa. En 1894 la Corporación adquirió el solar en la calle Méndez Núñez y esquina a Santa Rita -hoy Viera y Clavijo- y se encargaron los planos al arquitecto municipal Antonio Pintor y Ocete. El solar costó, incluyendo dos ampliaciones posteriores, 5.134 pesetas. Las obras se subastaron en 1899 por 158.040 pesetas, aunque luego costaron mucho más.

ANDRÉS GUTIÉRREZ
ANDRÉS GUTIÉRREZ

El 3 de abril de 1899 comenzó la construcción del edificio del actual consistorio. Su arquitecto, Antonio Pintor Ocete, proyectó un edificio de estilo neoclásico. En 1904 se abrió concurso público para su decoración y, aunque los trabajos no estaban terminados del todo, el Ayuntamiento se mudó al nuevo edificio. Apunta el cronista oficial que para las sesiones se utilizaba una sala de la planta baja habilitada para ello pues el salón principal era todavía un espacio en obras. Para la decoración se recibieron varias propuestas: dos de artistas locales, otra de la Asociación de Artistas Decoradores de Madrid y otra de un escultor parisino. Fue adjudicada finalmente al artista e industrial local Francisco Granados Calderón, cuya oferta fue la más económica: 12.000 pesetas. Las obras del techo finalizaron en agosto de 1905. El lienzo que lo decora había sido encargado al pintor palmero Manuel González Méndez, en 1902, que lo realizó en París, y lo dejó colocado en noviembre de 1905. Su motivo y título, La verdad venciendo al error, responden a que en ese tiempo aun se pensaba dedicar el edificio a Palacio de Justicia. Toda una paradoja ese título pues esta hermosa sala principal terminó siendo la sede, no de los litigios jurídicos, precisamente, sino de los debates políticos municipales. Los lienzos de la escocia del techo son de Martínez Abades.

Destacan también en el interior del inmueble las tres vidrieras que cierran el testero, encargadas en 1908 a la Casa Amigó, de Barcelona. Estas vidrieras recogen dos importantes hitos de Santa Cruz: la victoria sobre el almirante Nelson en 1797, que marca en realidad el origen de Santa Cruz como municipio independiente, y el comportamiento heroico de los santacruceros durante la epidemia de fiebre amarilla, en 1893.

Otros elementos decorativos de gran belleza, como los 16 fanales y las arañas de luz, fueron importados de Alemania.

En la fachada del edificio resalta el frontón, realizado en piedra artificial por Arturo López de Vergara sobre boceto de Eduardo Tarquis y Teodomiro Robayna. Las puertas fueron obra del taller de José Ruiz, de acuerdo con bocetos del arquitecto Antonio Pintor, también autor del diseño de la balaustrada de la escalera principal.

En este inmueble, además de las dependencias municipales y judiciales, estuvieron instaladas, en sus momentos iniciales las de la Escuela de Comercio y la de Náutica, así como un observatorio meteorológico. Con la construcción en frente del edificio para el Gobierno Civil, el Ayuntamiento perdió la posibilidad de contar con una plaza frontera.

Hoy, el emblemático y señorial palacio consistorial solo aloja la Alcaldía, el salón de plenos, una sala con las réplicas de las banderas de las milicias de la Isla que vencieron al almirante Nelson y las sedes de los grupos políticos de la Corporación, mientras que las oficinas administrativas y de gestión se encuentran repartidas por diferentes edificios y puntos de la ciudad.
Cien años después, el elegante palacio municipal sigue siendo una joya de Santa Cruz.

ANDRÉS GUTIÉRREZ
También albergó la Escuela de Comercio, Náutica y hasta un centro meteorológico. / ANDRÉS GUTIÉRREZ

Gutiérrez, Nelson y un alcalde vasco

La historia del Ayuntamiento de Santa Cruz, según cuenta el cronista oficial Luis Cola Benítez, comienza a escribirse a raíz de los enfrentamientos del pueblo santacrucero con la Armada inglesa del almirante Nelson en 1797. Hasta entonces la ciudad mantenía una dependencia administrativa y política con el Cabildo histórico, cuya sede se ubicaba en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna.

Alentado por la victoria contra los invasores, el capitán general Antonio Gutiérrez solicitó los reconocimientos oportunos para la ciudad en ese mismo año. En 1803 el rey Carlos IV concedió las Armas y declaró a Santa Cruz villa exenta, con derecho a establecer su propio Ayuntamiento. Se creó el escudo y se otorgó a la ciudad los títulos de Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife. Así, en 1803, el primer alcalde de Santa Cruz fue José María de Vila Martínez, un marino mercante natural de Galdames, en Bilbao, que se había casado con una majorera de Pájara. Hasta el año 1813 no tuvo el Ayuntamiento de Santa Cruz una sede oficial para celebrar sus reuniones.

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“Queremos que el Consistorio forme parte de la oferta turística genérica de la ciudad”

El Ayuntamiento es la casa del pueblo, la casa de todos los santacruceros. Por lo tanto, el mejor guía posible para visitarla y conocerla por dentro es el alcalde. El actual regidor capitalino, José Manuel Bermúdez, se ofreció amablemente a ejercer de guía de excepción para DIARIO DE AVISOS a fin de descubrir los tesoros artísticos y patrimoniales de un edificio ya centenario que por sus valores arquitectónicos y su historia es un auténtico museo y un espléndido palacio; el palacio de todos los santacruceros. Paseamos por sus nobles dependencias centenarias guiados por José Manuel Bermúdez…

-En septiembre de 1916 concluyeron las obras de este hermoso edificio que alberga el actual Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, aunque desde 1914 ya se usaban algunas dependencias. ¿Tiene previsto la Alcaldía organizar algún acto con motivo el primer centenario oficial que se cumplirá el próximo año?

“En principio no está previsto, puesto que si bien las obras del edificio terminaron, efectivamente, el año 1916, ya venía funcionando con bastante antelación a esa fecha,  incluso como sede de las reuniones de representantes del municipio casi a principios de siglo. Quiero decir que no existen documentos históricos que permitan afirmar categóricamente que el Ayuntamiento cumpla 100 años en esta ubicación. No obstante, habrá que consultar con los expertos en historia de la ciudad si ven adecuado algún tipo de celebración para conmemorar el final de las obras del edificio”.

-¿Sigue sirviendo este edificio para sede consistorial o no se adapta bien a las necesidades de los nuevos tiempos?

“El edificio es perfecto para la función que tiene en la actualidad: la representación institucional de la ciudad y la celebración de los plenos en un salón de gran valor artístico. Hay que tener en cuenta que, hoy en día, el edificio alberga los servicios relacionados directamente con la Alcaldía y las oficinas de los grupos municipales. Es decir, aquellos que tienen que ver más directamente con las tareas institucionales y representativas. Para los servicios relacionados con la gestión y la atención ciudadana disponemos de otros inmuebles perfectamente adaptados a los nuevos tiempos”.

ANDRÉS GUTIÉRREZ
ANDRÉS GUTIÉRREZ

-¿Ve factible que las Casas Consistoriales puedan utilizarse como un atractivo de las rutas turísticas y culturales por la capital, habida cuenta de que, aparte de su condición de palacio municipal, encierra elementos artísticos de gran valor?

“Lo veo factible. Es más, ya se ha utilizado con esos fines. Durante la última edición del programa Plenilunio, por ejemplo, el edificio estuvo abierto al público como una oferta más dentro de las actividades culturales y museísticas que se programaron. Lógicamente, este uso ha de ser compatible con la función principal del propio Ayuntamiento”.

-¿Tiene previsto acondicionar más salas para contenidos expositivos y potenciar así el aspecto museístico y visitable del edificio?

“Me gustaría que cada vez más, los vecinos y visitantes conozcan mejor el edificio y éste pueda formar parte de la oferta turística genérica de la ciudad; estamos hablando de uno de los inmuebles más singulares de la ciudad, que merece ser conocido, valorado y respetado por todos. En ese sentido, estoy abierto a cualquier iniciativa que permita contribuir a esos fines”.

-¿Se puede visitar el Ayuntamiento en la actualidad por el público o turistas? ¿Hay posibilidad de visitas guiadas o explicativas?

“Efectivamente. De hecho, el pasado año unas 4.000 personas visitaron el Palacio Municipal. Se trata básicamente de grupos organizados de escolares o de centros de mayores, a los que se proporcionó información del edificio y de todos sus elementos artísticos. Pero también cualquier persona que quiera realizar una visita lo puede hacer, para lo que debe ponerse en contacto con nuestro servicio de Protocolo”.

-¿Cuál es la parte o rincón que más le gusta del Ayuntamiento a usted personalmente?

“Sin ninguna duda, el Salón de Plenos consistorial. Me parece extraordinario. Es un espacio que a su incalculable valor artístico y patrimonial añade la necesaria solemnidad para celebrar los más relevantes actos que se puedan organizar en la ciudad”.

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