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La Penya da donde más duele

ACB MEDIA
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El Iberostar Tenerife no pudo arrancar con victoria la temporada 15/16 después de caer con el FIATC Joventut (83-75) en el inicio de curso. Los de Alejandro Martínez solo dieron sensación de poder competir por la victoria en el primer cuarto ante un Joventut que, un año más, se presentaba con un equipo sin las estrellas del curso pasado. Los catalanes lo hicieron sencillo: atacaron el rebote con agresividad y aprovecharon cada uno de los errores de su rival que acabó impotente al ver como, una y otra vez, los verdinegros daban con la tecla perfecta para mantener una distancia de diez puntos que estuvo presente en el marcador durante buena parte del encuentro. Hay que ser justos en el análisis: el de ayer era casi un duelo de pretemporada dentro de la competición, más teniendo en cuenta la limitación de partidos veraniegos que han podido jugar los tinerfeños, algo que desde el Iberostar Tenerife no se podrá de excusa, pero no por ello es menos real.

El duelo comenzó, como no podía ser de otra manera, con muchas imprecisiones por parte de ambos equipos. Dos triples de Javi Beirán espoleaban al Iberostar Tenerife (7-10) antes de llegar a un atasco de ambos conjuntos en la parcela ofensiva. Los locales comenzaban a demostrar su peligrosidad, fundamentalmente porque trataban de hacer el baloncesto rápido que querían imponer los dos conjuntos.
El primer cuarto acabaría 17-18 justo antes de que el Joventut desarbolara por momentos al Iberostar Tenerife en el segundo parcial. Ambos equipos fallaban en defensa, pero los badaloneses tenían a favor su superioridad en el rebote ofensivo. Sería Albert Sábat, un excanarista, el encargado de comenzar a encender el duelo.

El talentoso base, desde el exterior, lanzó a los suyos en el marcador (45-35) después de un parcial de 8-0 que Alejandro Martínez tuvo que parar con un tiempo muerto. El Joventut seguía corriendo y penetraba y cortaba la zona una y otra vez sabiendo que el exterior era una amenaza muy seria para el Iberostar Tenerife.

Con 45-37 se llegaría al tiempo de descanso, los visitantes tenían mucho por hacer pero, fundamentalmente, necesitaban como el comer elevar su nivel defensivo. Solo así podía llegar la primera victoria de su historia en el Olímpic.

El tercer cuarto sería el mejor ejemplo de lo que puede ocurrir en un FIATC Joventut- Iberostar Tenerife: velocidad, baloncesto agresivo y quizás demasiados errores en defensa. Los locales conseguirían un primer parcial de 5-0 (51-37) antes de que los aurinegros consiguieran un 0-7 von el que empezar a recortar diferencias (51-44).

Moral tocada

Había que remar mucho, pero era posible. Todo pasaba por la defensa, por robar, rebotear y correr, correr mucho. De esa manera, y porque el Canarias nunca se rinde, cuando peor parecían las cosas los de Alejandro Martínez llegaron a situarse a tres puntos de su rival (59-56) y solo un último arreón local cerraría el cuarto con desventaja de cinco puntos (64-59). Todo se decidiría en los últimos diez minutos.
Y las cosas cambiaron muy poco en el definitivo cuarto. En el intercambio de golpes el Joventut volvería a demostrar que es un oponente mucho más peligroso de lo que pueda parecer. La Penya castigaba mucho y aprovechaba cada error rival, el mejor ejemplo llegaría cuando Xavi Rey fallaba una canasta fácil bajo el aro y a reglón seguido Mallet anotaba un nuevo triple para volver a hacer crecer la ventaja. La impotencia pareció apoderarse por momentos de los jugadores del Iberostar,que intentaron la remontada agarrándose a un Blagota Sekulic mucho más activo en el segundo tiempo y un Nico Richotti competitivo y guerrero como siempre.

Los aurinegros tendrían una última oportunidad, tras lograr cerrar filas en defensa y elevando un punto su nivel de agresividad para tratar de acercarse en el marcador, aunque al final, una y otra vez, resultara estéril. El Joventut, con solo cuatro jugadores por encima de los 10 puntos, sentenciaría a su oponente desde el tiro exterior.

EL próximo domingo el Andorra visitará el Santiago Martín en otro partido trampa de una LIga Endesa que parece más complicada que la de los últimos años.