superconfidencial

Ricardo

1. Cuenta Ricardo Melchior a sus amigos que después de su accidente en la autopista del Sur, sus parámetros como persona han cambiado. Yo mantengo una larga enemistad con él, pero las enemistades no pueden ser para toda la vida porque a veces ocurren determinados acontecimientos que nos transforman. Todo está escrito, hasta los puntos y aparte. Además, por el hecho de dedicarse uno a la política no tiene necesariamente que ser el pim-pam-pum de nadie. Hasta la familia de Tita Díaz, paz descanse, que fue el motivo de mi distanciamiento con Ricardo, se ha acercado a él: ¿qué hago yo actuando como el último mohicano? Aquí está mi mano y, si te ofendí, perdona. Una vez le dije lo mismo a otros amigos del Puerto con los que mantengo discrepancias históricas, pero ellos tienen su forma de actuar, que también respeto porque últimamente lo respeto todo. Soy huésped, bien involuntario, de una de sus clínicas y no nos pueden tratar mejor. A lo mejor es su forma de extender esa mano. O puede que sólo sea la norma de la casa. En cualquier caso lo agradezco.
2. Volviendo a Ricardo, creo que a pesar de su edad, que es la misma que la mía, exactamente, puede estar un par de años en el puerto de Santa Cruz y hacerlo bien. Por mí se acabó lo de Laponia y el reno porque, la verdad, cuando me pongo pesado y reiterativo, jodo mucho. Y no quiero. Richi es un tecnócrata convencido, como lo fue Adán; de esas personas que disfrutan haciendo las cosas bien. Aunque Adán, con las leyes del territorio, ¡qué horror! Fabricó tal madeja que torturó -y tortura- a empresarios, funcionarios, jueces y alcaldes.
3. Resumiendo, que el otro día vi a Ricardo Melchior en la fiesta de este periódico y me dieron ganas de darle un abrazo, pero no lo hice por si acaso me fuera a pegar con el bastón en los lomos. Supongo que la no reiteración y el tiempo, que dicen que cura todas las heridas, pondrán las cosas en su sitio. Más cuando parece que los motivos que produjeron el desencuentro ya no existen, como he dicho antes y para no repetir. Mucha suerte en el nuevo cometido, Ricardo. Hoy he enterrado a Santa Claus.
achaves@radioranilla.com