tribuna

Turismo y Cultura: trabajar juntos para el futuro

Es un hecho que Canarias ha sido destino turístico desde hace más de dos siglos. Mientras los primeros viajeros que podemos considerar hoy turistas y que viajaban a Canarias en busca de salud datan de la década de los ochenta del siglo XIX, los grandes viajeros y naturalistas románticos ya nos habían visitado y contribuyeron, de forma decisiva, a difundir la variedad de nuestra naturaleza y la benignidad de nuestro clima. Con los cambios económicos y sociales que acontecen en la Europa de los sesenta y setenta del pasado siglo, el turismo se consolida como negocio y, a la par, genera un modelo de crecimiento económico en nuestras Islas. Como tal, queda sujeto al comportamiento y a las reglas de un mercado internacional, estructura poco a poco su oferta, compite, se desarrolla, crece, a veces inunda, avanza con reglas de mercado. Esto es: compitiendo con otros destinos.

Lo que en principio podría definirse como una mera actividad económica sin más, se convierte en parte de nuestra cultura. O, dicho de otra forma, en nuestra Cultura se instala también una “cultura turística”. En ella se infiltran modas y comportamientos novedosos que vienen de fuera y traen los turistas, formas de conducta social que asimilamos, reacciones ante el avance del turismo que pasan a formar parte de nuestro ideario, construcción simbólica de una realidad que va adquiriendo un enorme peso en nuestra sociedad.

No podía ser de otra manera. Eso es lo que llamamos Cultura. El proceso y los resultados por los que elaboramos artefactos, pensamiento y formas de vida que tienen, o son expresión, de carácter simbólico. Una forma de aprehender el mundo, particular, específica de determinados grupos humanos, destinada a comprender, a sobrevivir.

La relación entre el Turismo y la Cultura ya existe. Ha sido, es y será, de hecho, tan inevitable como la propia Cultura.

Una relación compleja en permanente cambio. En determinados contextos, de aceptación; en otros, de rechazo. Una relación de la que no podemos abstraernos porque está ahí aún a pesar de nuestras opiniones. Una relación de la que es preciso hablar y debatir para que sea lo más fructífera posible para Canarias.

Pero una relación compleja. Como debe de ser cuando hablamos de Cultura. Como debe de ser cuando hablamos de personas, los turistas, que visitan nuestra tierra. Y como debe de ser cuando hablamos de personas que trabajan cada día con las artes, con la Cultura, creando y recreando los símbolos que pueden ayudarnos a vivir mejor, las miradas que pueden hacernos cambiar el sentido de lo que vemos.
Como toda relación, mejora cuando consideramos lo que puede aportar. O, al menos, percibimos que mejora cuando pensamos que, cada parte, aporta lo que tiene para sumar en un objetivo común, en un bien que pertenece a ambas partes y, por ende, a todos.

Es posible esperar del Turismo, en los sectores culturales, solo negocio. Es posible enfocar el trabajo en conseguir un pequeño hueco para “entretener” al turista, para “distraerlo”. Por supuesto, nada que objetar. Lo que pasa es que a mí se me queda pequeño el deseo. Si eso es a todo lo que aspiramos, o incluso, a lo primero que se nos ocurre aspirar, mi impresión es que, de alguna manera, es más lo que perdemos que lo que conseguimos.

Porque la relación entre Turismo y Cultura puede, y debe, ser mucho más fructífera porque debe ser una relación conscientemente orientada hacia el enriquecimiento mutuo. Una relación pensada para atender necesidades, de uno y otro lado, y construir nuevas formas de entendimiento entre los sectores.
Pensada para que creadores, productores, gestores y agentes culturales conozcan las necesidades, los deseos y los valores culturales de nuestros visitantes turísticos y junto a las personas del sector que los acoge puedan ofrecerles productos y servicios culturales a su medida.

Pensada para que esos productos y servicios sean de calidad y permitan al sector turístico diferenciarse de otros destinos aportando un mayor valor a su oferta. Un valor que es único, porque única es toda Cultura.

Una relación pensada para que nos conozcamos mejor y seamos capaces de compartir nuestros valores, nuestra identidad, nuestros símbolos con quienes nos visitan. Capaces de relacionar nuestras mutuas Culturas, de experimentarlas, de encontrar diálogos entre ellas más allá de los encuentros ocasionales.
Un relación innovadora, creativa, pensada para encontrar nuevas formas de hacer turismo. Pensada para hacernos sentir orgullosos de mostrar nuestra casa porque seamos capaces de tener la mejor de todas. La que no solo es paisaje, no solo mar y lava, no solo riqueza natural y respeto por el medio, sino la que hospeda, la que acoge, la que recibe, se abre y se muestra, humilde, desde la forma de ser de sus gentes.

Desde nuestra Cultura, construir una relación con el Turismo que nos enriquezca. Desde el Turismo, crecer con otros pueblos.

*VICECONSEJERO DE TURISMO DEL GOBIERNO DE CANARIAS