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El Villanovense roza la gesta

Acción del encuentro de ayer, jugado en el Romero Cuerda. / REUTERS
Acción del encuentro de ayer, jugado en el Romero Cuerda. / REUTERS

El CF Villanovense logró un valioso empate ante el FC Barcelona (0-0) en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, en un Romero Cuerda lleno hasta los ampliados topes y en una fiesta que fue completa al dominar los locales buena parte del partido ante un Barça desaparecido hasta el final, cuando sí tuvo ocasiones para irse con triunfo a un partido de vuelta que estará abierto.

En Villanueva de la Serena querían dar guerra al Barça y vivir la fiesta hasta el final, y lo lograron. Pese a las bajas y a las rotaciones, que hicieron que Bravo, Piqué, Busquets, Neymar y Suárez se quedaran en Barcelona, el Barça puso un equipo mixto entre jugadores del primer equipo y los del filial que no pudo superar a un Villanovense que, crecido, llegó a tener ocasiones para inaugurar el marcador.

Al final sufrió el equipo extremeño, cansado por el esfuerzo extra al que se sometió para anular al Barça y luchar el balón. En los minutos finales, pese a que el entrenador, Julio Cobos, realizó los tres cambios el aguante de los locales se terminó. Ahí apareció el Barça, con el canterano Aitor Cantalapiedra como refresco, y dispuso de buenas ocasiones para quitar el empate del marcador, aunque sin frutos.

El empate deja obviamente más contento al Villanovense, que lo festejó casi como una victoria con los prácticamente 11.000 espectadores que llenaron el ampliado aforo del Romero Cuerda, cuyo césped recién cambiado no estuvo a la altura del partido. El patatal fue considerable, pero no es excusa para que el Barça no encontrara en ningún momento la manera de anular a los locales y de imponer su a priori superior juego, que no lo fue.

De hecho el primer disparo del partido fue de Moraga, y la última ocasión del encuentro fue un córner a favor de los locales. Si bien el Barça fue superior al final, con un Sandro muy activo que llegó a disponer de hasta tres ocasiones, el cómputo global del partido dejó la sensación de que si el Villanovense hubiera ganado la sorpresa hubiera sido máxima pero merecida.