el charco hondo

W.C.

Hay que buscar antecedentes, rescatar iniciativas e ideas ya olvidadas, tirar de hemeroteca; es imprescindible volver atrás hasta dar con alguien o algo que ayude a explicar lo que, a bote pronto, parece no tener justificación posible. Es fácil, muy tentador, echarse las manos a la cabeza cuando se observa el baño público que han plantado en Weyler. Mirarlo es preguntarse qué estaba pensando quién, quiénes estaban pensando en qué, cuando decidieron colocarlo en esa esquina, así, de esa manera. Hay quien, visto lo visto, atribuye la autoría a la gitana del guasap (inspiró la decisión, sin duda; dejémoslo ahí). No hay que escandalizarse. Hay que explorar. Caprichos de las redes, rebobinando para descubrir instalaciones similares asoma una referencia de prensa contando que se ha incautado en Villarrobledo la mayor cantidad de plantas de marihuana realizada en España. Obviamente, la noticia no guarda relación con la decisión de poner en esa esquina de Weyler un WC de tamañas características. Claro que no, nada que ver. Nada de nada. Otra será la explicación, y rebobinando asoma la propuesta que hace una década hizo una ministra de Vivienda: las soluciones habitacionales de treinta metros cuadrados. Ahí está. Pillado. Es una solución habitacional, no un WC (será inodoro, pero visualmente no es indoloro). Entendido. Ahora sí. Poco importa que la idea no sea original. Tampoco lo fue la ministra, porque los minipisos ya se promovían en Chile, Venezuela o Uruguay. Da igual. Como WC no tiene puñetero sentido colocarlo ahí, pero si el chalecito de Weyler es una solución habitacional, entonces sí, aún con mucho esfuerzo cabe entender lo que han hecho. Cuesta comprender qué les llevó a plantarlo en la que probablemente sea la ubicación más disparatada de entre las posibles; pero, digámoslo, aprovechando el solarcito rojo que rodea la solución habitacional, ya puestos pónganle también mobiliario de terraza con su barbacoa (los que vayan a mear lo agradecerán).