El Baile del Tambor y el romancero gomero, así como la tradicional elaboración del Ramo están próximos a ser declarados Bien de Interés Cultural (BIC), una vez que el pleno del Cabildo dio su conformidad a la moción presentada por parte de la Agrupación Socialista Gomera (ASG) para el inicio de los trámites administrativos para que estos valores patrimoniales que atesora la Isla obtengan la máxima protección y reconocimiento por parte del Gobierno de Canarias.

De esta manera se da luz verde a la incoación del expediente que asegurará la pervivencia de dichos patrimonios culturales, entre los más significativos de La Gomera, y que se sumarán a otros bienes protegidos de la Isla Colombina, como la Torre del Conde, el Pozo de la Aguada, el conjunto paleontológico del Bujero del Silo, el paraje de Puntallana así como la zona arqueológica de la Fortaleza de Chipude.
La necesidad de protección de estas figuras se debe fundamentalmente a su alto valor etnográfico, como manifestaciones latentes de la cultura popular gomera. En el caso del romancero gomero, el catedrático de Filología Española de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Maximiano Trapero recuerda que “en la isla de La Gomera, los romances se cantan y sirven de soporte al Baile del Tambor, siendo, con toda probabilidad, el lugar más importante del mundo en cuanto a la conservación y pervivencia del romancero tradicional”.
Por otro lado, la tradición de elaborar el Ramo pervive en numerosos lugares de la geografía de la Isla Colombina y tiene como función principal servir como ofrenda con los frutos que da la tierra. Está arraigada sobre todo en el sur de la Isla, como en los municipios de Valle Gran Rey o Arure.

En La Gomera se mantiene también la tradición de engalanar arcos y elaborar estas estructuras en numerosas localidades y fiestas populares que se celebran por toda la geografía insular, de ahí que en términos etnográficos se la considere una tradición.