el charco hondo

Baza

Coalición está tardando en colocar en lo alto de su agenda electoral a quien hoy por hoy es su mejor baza. Los sondeos que se publican y los otros, los que solo manejan unos pocos, esos con los que realmente se trabaja, apuntan en una misma dirección. Encuestas propias y de otros marcan a CC un solo camino, y cuando todos los trabajos encargados de meses a esta parte coinciden -consta que así es- el margen de error encoge. Los sondeos lo apuntan, las encuestas coinciden. La principal fortaleza de Coalición es el presidente del Gobierno. Sin despilfarrar un minuto con el CIS (en las Islas no vale como herramienta) los trabajos de campo están reiterando que Fernando Clavijo es el valor más firme del parqué. Si nos atenemos a análisis genéricos de La Fábrica de Discursos, al presidente el viento le sopla a favor porque su relato se apoya en una estructura fácil de captar, dosifica los sensores de conexión emotiva, abona la empatía y construye con religiosa mesura su puesta en escena. Si algunos gurús de la comunicación política ven en Albert Rivera el líder poliédrico que mejor se ajusta al mercado, los sondeos locales están repitiendo que el presidente es un producto que funciona demoscópicamente, la gente compra Clavijo, lo captan fácil, el buenismo está entrando bien. Alérgico a discutir o subir el tono en público, la creciente personalización de la política española -en la calle resulta más sencillo puntuar personas que programas, gestión, ideologías o siglas- facilita que el presidente suba en ascensor aunque los resultados lo hagan por la escalera. Siendo pronto para evaluar al Gobierno (a la espera de si el PP deja firmados o no los contratos), Clavijo avanza sin rasguños, las balas le pasan de largo, de ahí que los sondeos dicten que el presidente es la baza de Coalición ante una campaña adversa. Si en CC quieren reforzar a sus candidatos, y abrirse así un hueco en unos comicios a cuatro, deben sacar -más, aún- a Clavijo en procesión.