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El canario impasible

1. Con cierta preocupación observo que se cargan nuestra forma de hablar, combatida con saña por el castellano peninsular. Y esto ocurre ante la impasividad del canario, de los maestros -muchos de ellos navegados- y de la Academia Canaria de la Lengua, una institución que no sirve ni para editar diccionarios. Escucho a curas canarios, y al propio obispo nivariense, que es palmero, utilizar el “vosotros”, por el “ustedes”, y leo a periodistas de escritura infame aludir al “Ayuntamiento de Puerto de la Cruz”, un godismo impresentable, en lugar del “Ayuntamiento del Puerto de la Cruz”, como siempre se ha dicho. Los académicos ociosos deberían poner su esfuerzo en el combate de estas modas que acabarán con nuestro idioma cadencioso para sustituirlo por el duro acento burgalés, pongamos por ejemplo. En los colegios ocurre lo mismo. El maestro canario renuncia a su forma de hablar para hacerse el fino y empieza a imitar peligrosamente a sus compañeros godos: “Tenéis que ir” por “tienen que ir”, “¿de dónde venís?” por “¿de dónde vienen ustedes?”, etcétera. Qué pena, nos hurtan hasta nuestra lengua, con la complacencia del canario impasible.

2. Mientras he trabajado en radio y en televisión, incluso en la televisión franquista en la que había que pronunciar como si uno fuera un godo, siempre me negué a hablar como tal. Jamás fingí, sino que hablaba como se hablaba en mi casa: un canario culto nada chabacano, que se enriquece con palabras de otros, pero pronunciadas con nuestra cadencia y nuestra gracia. Ahora vas a cualquier parte y te encuentras a los canarios renunciando a su lengua y hablando como esa tal Belén Esteban, que sale en la tele. ¡Qué horror!

3. Si de algo debe sentirse orgulloso un pueblo, aunque sea el del canario impasible, es de su historia y de su forma de contarla. Si heredamos de no sé quienes -porque los guanches no hablaban castellano- esa manera de hablar, tan valorada cuando salimos fuera de aquí, ¿por qué renunciamos a ella? ¿Sale mejor un sermón predicado en el español de Salamanca? ¿Es más culto un maestro por renunciar al “ustedes” para meter un “vosotros”? Yo creo que no y, mientras tanto, el canario impasible ve cómo le quitan un tesoro: su lengua. Yo no juego a eso, conmigo no cuenten.