después del paréntesis

Celia Cruz pudo con Castro

Ante la realidad latinoamericana, algunos de sus líderes deberían releer a Cicerón, quien afirmaba que “las multitudes siguen a un líder solo por necesidad”, pues a estos el poder ha acabado transformándoles en ególatras, lo cual les diferencia de los íconos sociales que nunca desaparecen de la memoria popular, aún cuando sean desterrados y prohibidos por ser críticos.

Reflexión de Cicerón que Fidel y Raúl Castro tampoco leyeron, convirtiéndose en ególatras seguidos por su pueblo solo por necesidad, mientras sus íconos sociales, aún prohibidos y desterrados, seguían dentro del corazón de ese pueblo que preservó su legado, como ocurriera con Celia Cruz, resucitada ahora en la isla caribeña 12 años después de su fallecimiento.

Censurada, prohibida y humillada al extremo de prohibírsele volver por unas horas a Cuba para asistir al funeral de su madre, Celia Cruz ha resucitado demostrando que sigue siendo un icono social, pues la telenovela sobre su vida es un éxito en su tierra natal, gracias a los artilugios a los que recurren cubanos y cubanas para, vía satélite, ver sus emisiones en México o Estados Unidos y, mas aún, porque la empresa estatal cubana de producción discográfica EGREM, lanzará al mercado interno e internacional un álbum-homenaje a la Guarachera del Mundo. Icono social fue y será Celia Cruz. Ególatras fueron, son y serán unos Castro que no lograron hacerla desaparecer de la memoria y el acervo folklórico de Cuba.

Celia Cruz, trasmitiendo con su voz mensajes de fe, alegría y libertad, ha derrotado al odio, la censura y la persecución ideológica, de dos ególatras que pasarán al olvido como su antecesor. El ¡Azúcar! de esta verdadera icono social, ha derrotado a la hiel de los ególatras Castro, beneficiando al pueblo cubano y a una aún desconfiada oposición en el destierro.

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