cultura

Di Martino ofrece un retrato de Italia a través de sus iglesias

Una iglesia convertida en taller de vehículos, una de las imágenes llamativas de la exposición. /  DA
Una iglesia convertida en taller de vehículos, una de las imágenes llamativas de la exposición. / DA

Coches que esperan a ser reparados, aceite en el suelo y grúas preparadas. Ordenadores alineados y callados, teclados listos para el trabajo. Un local de copas nocturno o un almacén donde habitan objetos oxidados y casi olvidados. Lo que fue y lo que es, continente de un pasado y contenido vivo y reciclado. Así son las iglesias que el fotógrafo italiano Andrea Di Martino (Bolonia, 1964) retrata en La misa ha terminado, el proyecto que desvela en la XIII Bienal Internacional de Fotografía de Tenerife Fotonoviembre y que puede visitarse hasta el 15 de diciembre en el Museo de la Naturaleza y el Hombre.

“Es un trabajo que saca a la luz las vidas que han tenido y tienen algunas iglesias desacralizadas de mi país”, afirma el autor, quien reconoce que cuando empezó este proyecto (en 2007) tenía algunas ideas de lo que podía encontrarse aunque al final “la realidad sobrepasó la imaginación”. Di Martino apunta que estas imágenes, que están “cargadas de contrastes” ayudan a ver la “historia de Italia”. El fotógrafo explica que La misa ha terminado ofrece “múltiples lecturas” pero desea que sea “el propio espectador” el que se enfrente a la obra de una manera “libre y sin contaminaciones”.

Encontrar estas iglesias (retrató más de 70 y aún le quedan como 50 más por visitar) no fue tarea fácil. “Dar con ellas fue la parte más larga del proyecto”, confiesa el fotógrafo, que empezó tomando fotos de las que él conocía ampliando después su radio de acción a otros lugares que descubrió buceando en Internet o con las aportaciones dadas por otras personas. El trabajo se completó con la búsqueda de informaciones históricas de las iglesias, otra ardua labor puesto que de algunas de ellas apenas existen datos. La más antigua es del Siglo XI. “Hay gente que se molesta con los usos que se le han dado pero algunos curas con los que hablé sí están satisfechos con ello, aunque siempre prefieren que se les dé un uso cultural”, reconoce el autor residente en Milán, que valora que “gracias a estos nuevos usos, estas iglesias aún siguen vivas”.

Otro de los puntos a tener en cuenta en La misa ha terminado es la propia arquitectura, de ahí que Andrea Di Martino las haya fotografiado siempre desde el mismo ángulo y siempre usando el mismo formato, el cuadrado. “Usando el gran angular pude unir los dos aspectos que me interesaba retratar, el arquitectónico en su verticalidad y el uso mediante la horizontalidad”, indica el italiano, que reconoce que ver una iglesia usada como “almacén fue algo impactante”. Otra característica que llama la atención de sus trabajos es que en ellos, en sus historias, la figura humana tiende a desaparecer y solo está presente en contadas ocasiones.
“Me interesaba mostrar la arquitectura y comparar lo popular con lo más sofisticado, ya que hay grandes contrastes entre unas y otras”, apunta el creador quien conoció la existencia de Fotonoviembre hace cuatro años, cuando estaba de vacaciones en la Isla. “Quedé atraído por esta bienal y por TEA. Me gusta la calidad expositiva de Fotonoviembre, algo que no existe en todos los festivales”, subrayó Di Martino, que reconoce que no es “asiduo” a enviar sus trabajos a los festivales pero que exponer en Fotonoviembre es algo “que siempre había querido”.

Andrea Di Martino estudió Informática en Milán y trabajó como asesor de sistemas para algunas de las empresas más importantes en el sector. Sin embargo, tras una serie de viajes a América Latina, donde colaboró como fotógrafo con varias ONG, se dedicó ya por completo a la fotografía profesional. Junto a Alby Álamo, Matías Costa, Vera Martín Zelich y Marie Maurel de Maillé, uno de los cinco fotógrafos escogidos en esta edición de Fotonoviembre para formar parte de la sección Autores en Selección, abierta a la participación de autores independientes.