crítica

‘El trovador’ – Por Estrella Ortega

El segundo título presentado en esta temporada por Ópera de Tenerife es Il Trovatore. Una ópera escrita por Giuseppe Verdi con libreto de S. Cammarano, que terminó Leone E. Bardano, por el fallecimiento del primero. Esta basada en el drama del autor español romántico Antonio García Gutiérrez, quizá olvidado por la baja calidad de su pluma, aunque sus personajes reflejan esas pasiones tan del gusto romántico. Esta producción, ideada por Paul Curran para el Teatro Comunale de Bolonia, posee sabor romántico sin molestar en su concepción anacrónica al espectador. Se adorna con un vestuario elegante y una escenografía somera, una gran escalera central articulada, desdibujada con hábil manejo de luces y, especialmente, esos contraluces que destacan volúmenes y ocultan formas, haciendo variar los espacios que con sombras y tinieblas narran una historia nocturna y lúgubre.

Del equilibrado elenco destacó la soprano Yolanda Auyanet, encarnando a Leonora, exigente partitura que con su sensibilidad, amplitud de registro y dominio del volumen consiguió reflejar ese infinito amor que sabe llegar hasta el sacrificio. Enkeleida Shkoza, en su cuerda de mezzosoprano, fue una Azucena magnífica, fiel reflejo del deseo de venganza que palpita en su pecho. Manrico como el trovador que enamora a Leonora; el tenor Giuseppe Gipali de exaltado lirismo, aunque algo estático en escena. El conte di Luna, Simone Alberghini, un bajo-barítono de emisión clara con medios, técnica y solidez, al igual que Alessandro Spina como Ferrando. Correcta la soprano Inés Ballesteros en su rol de Inés confidente de Leonora. El Coro Ópera de Tenerife dirigido por Carmen Cruz y Julian Reynolds, en el foso, dirigió orquesta voces y coro con eficiencia, equilibrando las masas sonoras y definiendo el fraseo.
Un espectáculo de calidad que el público reconoció por sus largos y efusivos aplausos.