tribuna

Un futuro libre de violencia machista – Por Ventura del Carmen Rodríguez*

Este 25 de noviembre, como cada día del año, volvimos a alzar la voz contra la cobardía de quien insulta, veja o golpea a otra persona -mujeres y sus hijos e hijas menores- por considerarla inferior, de quien avergüenza con sus actos a toda la sociedad. De nuevo, como siempre, gritamos “no” a la violencia de género.

Miro a mi hija, de quince años, y veo en ella y en su generación la claridad de ideas, la fuerza y la determinación de las que no pudieron hacer gala generaciones pasadas de mujeres condenadas a la inexistencia de libertades, a la invisibilidad y al miedo a una sociedad dirigida y protagonizada por los hombres.

Veo con esperanza a jóvenes y adolescentes de hoy, que aseguran entender que es absolutamente anormal agredir a una mujer. Pese a ello, ahí está el dato aterrador de ese porcentaje superior al 80 por ciento que a esas edades afirma que ha tenido conocimiento de algún acto de violencia de género en parejas de su edad. Estamos ante una cuestión pública, un problema social que ha de salir de las cuatro paredes en que históricamente lo han padecido demasiadas mujeres y muchísimos menores. Las administraciones públicas, las familias y los centros educativos han de trabajar la violencia de género desde edades tempranas, con el objetivo de formar a nuestros chicos y chicas en el respeto, la igualdad y la convivencia en todos los ámbitos de la vida. La prevención es la clave en estos momentos, es la fórmula posible para luchar contra la violencia física o verbal y para cortar, por fin, esa cadena de transmisión intergeneracional que ha arrastrado este problema arcaico hasta nuestros días. En este 25 de noviembre, el Gobierno de Canarias ha centrado sus acciones en la prevención de actitudes machistas, que son las que dan lugar a las agresiones. Las personas adultas tenemos el deber de dar ejemplo. Es una cuestión de responsabilidad.

Desde nuestra histórica lucha por la igualdad real entre mujeres y hombres, en el PSOE seguimos confiando plenamente en que es posible dar a la juventud un futuro libre de violencia de género. Hemos de acabar con las conductas patriarcales y marginar, perseguir, arrinconar y reducir a los maltratadores. Deben entender que esta sociedad no tiene hueco para ellos.

En el Partido Socialista hemos mantenido siempre firme este convencimiento. Por eso fue un Gobierno socialista el que aprobó en 2004 la Ley integral contra la violencia de género, y por eso hoy, más de una década después, vemos prioritario un gran pacto de Estado con medidas políticas, económicas, sociales y familiares.

Defendemos el desarrollo pleno de la mujer en todas las facetas de su vida e, insisto, sin el mínimo lugar para la discriminación, sea del tipo que sea. Según datos oficiales, en Canarias han sido asesinadas 82 mujeres desde el año 2000. Son 82 vidas, 82 rostros, 82 sonrisas, 82 familias, 82 nombres, 82 historias y, de ellas, dos sólo este año: Laura e Iris.

Desde las administraciones públicas es esencial dar una respuesta a tantas mujeres que sufren violencia de género en su día a día. No podemos construir una sociedad cómplice de este grave problema; no podemos normalizar algo que resulta absolutamente abominable y brutal; no podemos resignarnos a convivir con ninguna fórmula de violencia machista. La complicidad de la ciudadanía debe orientarse precisamente hacia las víctimas, a decirles a esas mujeres que no tengan miedo, porque estamos con ellas y con sus hijos e hijas.

*Portavoz de Igualdad del Grupo Parlamentario Socialista Canario