“Estoy como un niño la noche de Reyes”. Así de feliz e ilusionado se describió ayer José Padilla ante el estreno este fin de semana de su última y ambiciosa creación teatral, una versión libre de La Isla Púrpura, de Mijaíl Bulgákov. El joven autor tinerfeño, uno de los talentos más prometedores de la dramaturgia nacional, debuta en el Teatro Guimerá y lo hace poniendo en pie por primera vez una peculiar comedia sobre la censura, la represión intelectual y la libertad de expresión. “Como santacrucero me siento tremendamente ilusionado por poder representar en el Teatro Guimerá esta adaptación”, dijo Padilla, a quien acompañaron ayer en la presentación de la obra el concejal de Cultura de Santa Cruz, José Carlos Acha, y el productor de la pieza, Ángel Verde.

La Isla Púrpura se representa hoy y mañana en el Guimerá, a partir de las 20.30 horas. Las entradas, al precio de 20, 18 y 16 euros, se pueden adquirir en la taquilla del teatro desde dos horas antes de cada función. Bulgákov fue un escritor y dramaturgo ruso de la primera mitad del siglo XX que nunca apoyó el régimen soviético y se mofó de sus deficiencias en varias de sus obras, lo que le supuso muchos años de ostracismo. José Padilla, que confesó su debilidad por este autor desde su etapa como estudiante en la Isla, señaló ayer que con este estreno ante sus paisanos tiene la sensación de que “se cierra un círculo”.

El joven director se confesó “muy feliz” por cómo le están yendo las cosas, pero precisó que su carrera profesional “solo está comenzando” y que será “el trabajo y la constancia” los que finalmente marquen su dimensión como autor. “Soy muy consciente de que debo seguir esforzándome”, recalcó. Ángel Verde apuntó que tras estas dos primeras funciones en el Guimerá, La Isla púrpura iniciará una gira nacional a la que auguró una excelente acogida. Consciente del talento creador de Padilla, señaló que pusieron a su servicio todos los medios, junto con la libertad necesaria, para que el resultado fuera el deseado.