LA ENTREVISTA DEL DOMINGO

“La pena es que este rey no sea primer ministro”

Fernando Jáuregui. / SERGIO MÉNDEZ
Fernando Jáuregui. / SERGIO MÉNDEZ

Fernando Jáuregui es una institución del periodismo español que se niega a ser inmortalizado en una estatua junto al Congreso, la casa donde ha visto fraguarse esta democracia contra todo pronóstico tras 40 años de dictadura. Es cierto que, una vez recibido este año el Premio a la trayectoria profesional, concedido por el Club Internacional de Prensa, comienza a soltar lastre, pero sigue en activo, escribiendo libros y columnas diarias y haciendo periodismo en el aire, en las ondas, como un tertuliano irredento empeñado en la regeneración, barriendo las brozas del suelo. Su faceta de gurú del emprendimiento le trajo a Tenerife, dentro del programa Educa2020, con el que recorre toda España a través de las universidades, para presentar el libro 1001 consejos para emprender (del que es coeditor junto con Lourdes Carmona), un manual para jóvenes empresarios con los secretos de un centenar de expertos.

Ahora, que se cumplirán 40 años sin Franco y con rey, piensa que la solución de España pasa por una gran coalición entre el PP y el PSOE, extensiva a Ciudadanos y Podemos. Cree que Pedro Sánchez será el próximo presidente, tras el 20D, y, convencido de ello, ya ha comenzado a escribir el libro Por qué cayó Mariano Rajoy, a riesgo de tener que cambiar el título. En Historia vivida de España. De Franco a Podemos 1970-2020, sus memorias, describe cuatro décadas y media de mirón. Cuenta lo que veía pasar mientras pasaba su propia vida, y no renuncia a ver la botella medio llena, ni ahora en que -fuera de las páginas de esa obra publicada en febrero- se han celebrado elecciones en Cataluña y los independentistas, con mayoría parlamentaria, amenazaron esta semana con aprobar en los próximos días una declaración-espoleta para desconectarse del resto del país. “Al final, habrá un referéndum, y Cataluña seguirá dentro de España”, vaticina huyendo del desasosiego.

Con el mismo trazo positivo relata los últimos instantes con vida de Isabel Carrasco, la presidenta de la Diputación de León (PP), que murió tiroteada en la calle (una venganza perpetrada por dos mujeres, madre e hija) después de almorzar con él el 12 de mayo de 2014.

Fernando Jáuregui. / SERGIO MÉNDEZ
Fernando Jáuregui. / SERGIO MÉNDEZ

-¿Es extraña la sensación de haber estado con alguien sin poder sospechar que en pocos minutos va a morir?
“Estuvimos juntos hasta 10 minutos antes. Fue un almuerzo con ella y el vicepresidente de la Diputación de León. Estábamos intentando firmar un convenio de emprendedores. Yo la acababa de conocer. Era una persona lenguaraz y a los periodistas nos gustan esas personas. Lo pasamos bomba, criticamos a medio mundo y nos reímos todo lo que quisimos. Fue una comida deliciosa. Al final, le dije,¿te acompaño? Y me dijo, ‘no, no, quédate porque tu coche está aparcado aquí’. Y no la acompañé. León es pequeño, estábamos cerca de su casa y se fue andando. Si la hubiese acompañado, seguramente no la hubiesen matado, porque buscaban desde hacía dos años a que estuviera sola. Siempre me quedé con esa mala sensación. Pero puedo asegurar que los últimos minutos de su vida se rio mucho”.

-¿Cataluña va a ser independiente?
“Claro que no. Pero si a Cataluña le seguimos diciendo que le vamos a aplicar el artículo 155 y que vamos a meter en la cárcel a Mas como a Companys, claro que acabará siendo independiente. La declaración de ahora cambia el sesgo de la campaña electoral. Esto ya va en serio. En Madrid se usa mucho el palo y poco la zanahoria. Y ahora esto obliga a todas las fuerzas a usar la zanahoria, el referéndum. Se debió haber hecho antes, como en Escocia, y lo habríamos ganado los no independentistas. Se terminará haciendo. Si sabemos darles un concierto fiscal como los vascos, un tratamiento específico como en Canarias, entonces, nos ganaremos a los catalanes. El Gobierno está todo el día con la ley, la ley. ¿Pero qué ley? Nos pasaremos años lamentando haber llamado a Artur Mas al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, por cierto, el mismo día del aniversario del fusilamiento de Lluís Companys. Mira que hay días en el año, esto no es una casualidad”.

-”Y Franco se murió, por fin”, dice en el libro. Hace 40 años. El 20 le van a asaltar pidiéndole valoraciones de su figura. Me adelanto.
“Franco se tenía que haber muerto mucho antes, pero su yerno se empeñó en prolongarle la vida. La sociedad española ya estaba curada y vacunada de Franco. Y fuimos a ver el muerto, yo entre otros, como periodista, y aparece la televisión. Fue un horror: me pillaron in fraganti dando el cabezazo ante el cadáver, porque me miraban unos tipos con una pinta muy bestia. Yo era entonces dirigente en prensa del Partido Comunista de España (PCE) y mis compañeros se rieron mucho de mí”.

-¿Cuál fue su peor momento en el franquismo?
“Cuando murió Enrique Ruano. Lo torturaron y lo tiraron por una ventana desde un séptimo piso. Era un gran tipo, comunista también, estudiante como yo, de buena familia. En ese momento me di cuenta de la brutalidad del franquismo. Un periódico de raigambre lo denigró publicando unos diarios de él falsos. Una de las vergüenzas más grandes que he vivido como periodista”.

-Ruano, en Madrid, en 1969, y Antonio González Ramos, en Tenerife, en 1975, recordado este jueves, víctimas de una represión salvaje. ¿Conviene hacer pedagogía?
“Muchas personas hemos hecho cosas para que acabase la dictadura y esto fuese un país decente. Muchos políticos, empresarios, obreros… Que no me venga Monedero desde la Puerta del Sol diciendo que no sirvió para nada, que la democracia no la trajeron Suárez ni Juan Carlos I. Sí, la trajeron, y Carrillo, Martín Villa, Felipe González, Txiki Benegas…, muchísima gente. ¿Cómo no? Lo pasamos muy mal. ¿Cómo diablos puede decir alguien que todo aquello no sirvió? No me lo devalúen, porque entonces no nos queda nada”.

-¿La Transición no fue un revoque de fachada?
“El PCE, el PSOE -que no había quien lo encontrase, dicho sea de paso- y otros partidos llegamos a un acuerdo de mínimos. Si el PSOE hubiera persistido en el federalismo y el PCE en la bandera tricolor y en cargarse la Monarquía, y los del régimen azul en sus tesis, pues aquí hubiésemos llegado a una guerra civil. Ahora estamos en una segunda Transición y hay que volver a hacer el espectáculo afortunadísimo que dimos en los 70. Aquel abrazo”.

-¿El abrazo de osos (PP-PSOE) es la quimera de Jáuregui?
“Ahora los osos ya tienen ositos: Ciudadanos y Podemos. Y del acuerdo ha de salir un país que merezca la pena”.

-Rajoy se ha reunido con ellos sobre Cataluña. Pero usted habla de otra clase de acuerdo.
“¿Qué acuerdo? Quizá del PSOE con otro PP sin Rajoy fuese posible. Quizá del PSOE más PP y más Ciudadanos también lo fuera. Y a mí lo que me gustaría sería un acuerdo a cuatro, que incluyera a Podemos, para una legislatura de dos años para hacer las reformas necesarias. Suárez, en 11 meses, desde que tomó posesión en julio de 1976 hasta que convocó las elecciones constituyentes en junio de 1977, le dio la vuelta al Estado como a un calcetín. Se puede. Pues que hagan ese pacto nacional, cambiemos la Constitución para mantener a Cataluña a gusto; la normativa electoral; algunas normas económicas; limitación de mandatos; candidaturas desbloqueadas… Son 20 cambios y todo el país está en eso”.

-¿Quién será el próximo presidente?
“Pedro Sánchez. Estoy convencido. El PP es un gran partido, tiene más militantes y más sedes, pero quien no puede repetir es Rajoy, que está diciendo todo el día ‘qué bien lo he hecho y no hay que cambiar nada”.

Fernando Jáuregui. / SERGIO MÉNDEZ
Fernando Jáuregui. / SERGIO MÉNDEZ

-Sin embargo, usted afirma en sus memorias que Rajoy “le echó un par” en 2012 evitando el rescate.
“Cierto. Pero representa la vieja manera de gobernar, que subyace en otros. Este sistema de grandes partidos haciendo lo que les sale de las narices no sirve. ¿Qué hace Pedro Sánchez -que también- poniendo a una señora de número cuatro en Madrid que nadie quiere, como Irene Lozano, porque la comandante Zaida -que va de seis- ha hecho un libro con ella (No, mi general) y le convence de que la meta? La mitad del comité federal me ha puesto a parir en privado este tema”.

-En España los partidos colapsando por el centro y los laboristas británicos eligiendo líder al más radical, Jeremy Corbyn.
“Corbyn es un epifenómeno. Aquí también hemos tenido nuestro 15 M y nuestro Podemos”.

-Usted dice que Pablo Iglesias no tiene un pelo de tonto. ¿Qué le pasó a Podemos?
“La Moncloa, que tiene unos estrategas de opereta, colocó a Pablo Iglesias frente a Rajoy. Pablo Iglesias nunca ha sido la alternativa. Podemos es la expresión de la rabia colectiva. Pero en el minuto siguiente, todo cambia”.

-Supongo que hoy habría titulado sus memorias De Franco a Ciudadanos y no a Podemos.
“Terminé de redactar el libro, en febrero, y Ciudadanos se disparó tras las elecciones catalanas de septiembre. Pero vamos a decir la verdad. Albert Rivera es un tipo muy estimable, que detrás tiene absolutamente nada”.

-¿No tiene opciones para ser presidente?
“Sería un salto en el vacío terrorífico. Será Sánchez”.

-¿Susana Díaz le hace sombra?
“Vale más Pedro Sánchez que Susana Díaz. Mucho más. Susana Díaz es muy buena presidenta andaluza. Más vale que no saque los pies de ese tiesto, y se quede ahí, porque más de sí no da. Pedro Sánchez sí. Sí, hombre, Pedro Sánchez es Felipe González. Sus enemigos dicen que es más tonto que Zapatero, pero es una injuria”.

-Ya vi que Zapatero no sale bien parado en su retrato.
“Es que ser más tonto que Zapatero es imposible”.

-Cuando Elena Valenciano lo presentaba al primer ministro francés, Manuel Valls, como “un amigo periodista”, alguien de fondo dijo: “Periodista será, pero amigo no”. Era Felipe González.
“Es muy malo”.

-Usted le reconoce talento y tendencia al rencor.
“El origen de mi conflicto con Felipe González fue que desde la Moncloa se me acusó de estar al servicio de Mario Conde. No sé por qué. Porque yo no tenía nada que ver con Mario Conde, lo ponía a parir. Y no he conseguido hablar nunca con Felipe de ese asunto”.

-¿Nunca más se han visto?
“Tangencialmente, pero no hemos hablado de esto. Felipe es un hombre que nunca ha entendido que algunas personas que hicimos el cambio con él nos posicionásemos contra él cuando estalló la corrupción del 93 al 96. Y más vale que lo vaya entendiendo porque la historia se va a escribir. Felipe ya está fuera de la melé; tendría que estarlo más, no estar ligado a gente como Carlos Slim; tendría que tener cuidado de su imagen ante la historia. Sin duda ha hecho cosas importantes, de verdad las ha hecho, pero también cosas muy malas”.

-¿Cuáles?
“Felipe hizo de España un Estado. Nos hizo el Estado del bienestar; una potencia en América; nos metió en Europa. La época de Felipe González fue muy importante, claro que sí. Lo que pasa es que al final la corrupción ganó. La corrupción es un elemento motor de la humanidad, como decía Pompidou de la pereza. Felipe González me dijo un día, ‘si yo tuviese dinero, invertiría en bolsa’. Y yo pensé que si el presidente del Gobierno pudiese invertir en bolsa, siendo el que hace el marco económico, solo faltaría que perdiese, ¿no? Y también le oí a Solchaga aquello de ‘España es el país en el que se puede hacer uno rico más rápidamente’. La corrupción no parecía corrupción, parecía lógica y normal. La reprivatización de Rumasa fue uno de los ejemplos de corrupción más graves que ha habido en este país. Por alguna razón le hemos perdonado a Felipe algunas cosas. Pero en su última legislatura florecen los Perote, Javier de la Rosa, Mario Conde, Roldán, Rubio, el gobernador del Banco de España… Si esto no lo queremos recordar, de acuerdo. El GAL no es una corrupción económica, es otra cosa. En España hemos dicho, vale, GAL, y miramos para otro lado. Yo también estoy dispuesto a hacerlo. ETA ha sido un horror para nosotros. Y yo estoy dispuesto a reconocerle a Zapatero el mérito de haber negociado con ETA y se acabó ETA. Ese es su mérito. El tío fue capaz de hacer esa negociación contra todos”.

-¿A qué se debió?
“A que recibió una carta convincente de ETA en 2006. Lo he hablado con él y con mucha gente. Fue una muestra de grandeza por parte de Zapatero”.

-Luego ETA lo engañó con el atentado en Barajas.
“No es verdad. ETA quería negociar, estaba abocada a la desaparición. Lo que pasa es que negociar significa negociar. ¿Qué cesiones importantes ha hecho el Estado español con ETA? Ninguna. A lo mejor Otegui no tendría que estar todavía en la cárcel. Los presos siguen presos”.

-A propósito, uno de los fundadores de ETA, Julen Madariaga, me dijo una vez que fue un toque “desafortunado” de atención.
“Eso es rigurosamente cierto. Tengo muy reconstruido lo que pasó. Llamaron cuatro veces los de ETA para que sacaran a los que estuvieran allí. Y había dos ecuatorianos durmiendo que no escucharon los avisos. ETA jugó con fuego, pero en ese momento quería negociar”.

-¿Esta paz es definitiva?
“Yo he estado con vigilancia. ETA ya no existe. Es el gran avance democrático. Y es verdad, Zapatero tuvo mucho que ver con eso. En todo lo demás fue un desastre”.

[sws_grey_box box_size=”100″]ALGUNAS VECES, MUCHAS VECES

“Mi padre se llevó un disgusto del carajo cuando supo que yo iba a ser periodista”. Por eso estudió Derecho, la carrera del progenitor, para complacerle y no ejercer la abogacía, sino, en efecto, el oficio que le auguró un jesuita en un pasillo cuando era estudiante. “Fue algo inexplicable, Va el cura y se cruza conmigo, se para y me dice: “¡Qué buen periodista serías tú!”. Como podía haberme dicho cualquier otra cosa. Pero el hecho es que me dejó pensando, oye, qué bonito, ser periodista. Y aquí estoy”. Jáuregui, sin ningún antecedente de prensa familiar, es una pluma y una voz de referencia del último medio siglo de información política del país. Como dice Jesús Posada, el presidente del Congreso, “es uno de los periodistas parlamentarios que más kilómetros ha hecho entre las cuatro paredes” de la cámara ahora disuelta, y uno de los biógrafos más autorizados de un país que cumple 40 años sin Franco y con rey y ahora se debe resetear. Cuando en octubre del año pasado, bajo el fenómeno de Podemos, los manifestantes, que en Oviedo jaleaban consignas en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, lo tacharon de tertuliano de la casta, a las puertas del Teatro Campoamor, preguntó: “¿Por qué me dices eso?”. “Llevas corbata; eres uno de ellos, chupaculos de la Corona”, le contestó el que parecía menos vociferante. No fue el único que rascó tobillos. A Fernando Jáuregui, las dos Españas lo atormentan desde que Suárez fue apeado. Sin la inquina de los abucheos de Campoamor, reniega, a su vez, de la fratría de “puñeteros periodistas instalados”: tertulianos, columnistas, politólogos y desayunantes del Palace y del Ritz, que no vieron llegar el 15M. Es un “mirón”, un testigo presencial. “Tú tienes el corazón a la izquierda”, le dijo Cristóbal Montoro. Y él le contestó entre risas que “los periodistas no tenemos corazón”. Este mirón descorazonado ha escrito sus memorias para dos lectoras, sus hijas, “que no las leerán, porque me ha salido un tocho de 600 páginas”, donde narra lo que pasó en dieciséis mil días de golpes de estado fallidos, atentados terroristas, pelotazos, cataluñas, euskadis y hasta bromas pasando por Canarias. Un día, cuando presentaba un libro que había escrito con Pilar Cernuda, ambos le dijeron al fotógrafo de una revista que José Manuel Soria, “que por allí pululaba, era Antonio, el hermano pequeño de Aznar, con el que tenía un indudable parecido (a favor, pienso, de Soria)”. Y en la revista salió el pie de foto: “Antonio Aznar, hermano menor del presidente”. Al propio Fernando (son seis hermanos) a menudo lo llaman Ramón, confundiéndolo con el Jáuregui socialista vasco al que no le une ningún parentesco. Muchas de las anécdotas de este periodista intensivo se han cocido en las ondas, pues se ha pasado la vida en antena.

En una ocasión, de visita en Granada, se indignó con un decreto del alcalde Berbell, que expulsaba de la ciudad, como Giuliani en Nueva York, a todos los mendigos que durmiesen en la calle durante los mundiales de esquí de Sierra Nevada aquel año, 1996. “A ver si el señor alcalde tiene valor para echarme si me da la gana de dormir en el suelo esta noche”, clamó ante el micro en la tertulia nocturna de Onda Cero. Lo cierto fue que Jáuregui y su familia acamparon buena parte de la noche en sacos de dormir al raso en la ciudad andaluza, pues una amenaza de bomba de ETA obligó a desalojar el hotel donde se hospedaban. Nunca pudo confirmar si la mano del regidor Gabriel Díaz Berbell -tras escucharlo en la radio- estaba detrás del teléfono aquella noche en que alguien suplantó a ETA, pues el aviso resultó falso. Las cosas que ha visto y contado tienen que ver con nuestras vidas, y las conocemos gracias a periodistas como él, que es amigo de verlas con sus propios ojos, como ha hecho pisando las calles de Barcelona para testar cómo votan unos y otros en la misma cola pese a estar en dos orillas confrontadas. Un periodista a pie de obra con veintitantos libros publicados y 65 años cumplidos que no espera reverencias del oficio. “Fue esto. Yo, simplemente, andaba por allí algunas veces, muchas veces”.[/sws_grey_box]

-Hábleme de Aznar, el sequerón. ¿Qué tal lo hizo?
“Su primera legislatura fue espléndida, espléndida. Luego se creció y se creyó que era amigo del peor gobernante de los EE.UU. Le mató la foto de Azores. Almorzando un día con Aznar y otros periodistas en la Moncloa, me encaré con él y le dije que cómo se atrevía a seguir adelante con un 83% de españoles que no querían ir a la guerra de Irak, y él me dijo: ‘Es que propio es del estadista saber desafiar a la opinión pública cuando conviene’. Esto es textual. Cuando la boda de su hija el tipo se creyó que era el rey bis”.

-¿Este rey le gusta?
“Pues yo de 10 le daría un 10. La última vez que le vi me demostró un profundo conocimiento de lo que pasa en este país. Era como un periodista hablando con otro periodista. Lo sabía todo. La primera entrevista que se le hizo, se la hice yo en El País. Él tenía 18 años. Recuerdo que escribí, ‘nos sorprenderá a todos’. Y nos ha sorprendido. La pena es que no sea primer ministro”.

-¿Letizia se adapta al rol?
“Es una colega, me maquillé a su lado durante mucho tiempo en TVE. Una persona muy abierta que ha aprendido ahora, después de mucho tiempo, el papel que le corresponde. Qué bueno que tengamos a estas dos personas haciéndonos de relaciones públicas. Porque al final el rey es un comercial, y la reina también”.

-¿El debate Monarquía-República tiene sentido ahora?
“La Monarquía es una institución cuestionable, salvo en una situación política como esta. Imagínate que ahora el presidente de la República fuera del PP y el primer ministro del PSOE. Estamos jodidos. Con el conflicto territorial que tenemos, el único tío capaz de conducir un coche al lado de Artur Mas ahora mismo es el rey”.

-¿Qué le dice la figura del padre un año después?
“Estuvo a punto de cargarse la Monarquía entre el elefante de Botswana, la Corina con las joyas y el no sé qué. Es verdad, le vamos a reconocer aquella noche del 23F, pero aquella noche la tendremos que repasar”.

-¿Cuál es su versión?
“Yo creo que había dos golpes. En uno estaba al tanto el rey y en el otro Tejero. En aquel estaban todos, el PCE, el PSOE…, todos, y el rey, para reconducir la situación. Y el otro lo llevó a cabo el animal de Tejero, que se cargó el anterior”.

-¿Armada iba a ser presidente?
“Sí, sí. Armada es un tonto útil, que juega ese papel. Era una entelequia rota por gente como Miláns del Bosch, que se creía el salvador y tenía celos de Armada. Nos hubiese fusilado a unos cuantos cientos de personas. La opereta del golpe nos salvó. Suárez era un hombre acabado y sin partido”.

-El más brillante de los presidentes, según usted.
“Adolfo Suárez es una persona a la que yo admiro profundamente. Pero duró demasiado. Se tenía que haber ido en el 77”.

-¿Cómo ha sido su vida?
“Espléndida. 44 años de periodismo. Yo he vivido todo en primera línea, he estado allí. Nunca he sido director de un gran periódico; supongo que las empresas no se fiaban de mí. Me he divertido un horror. Cuando vuelva a nacer, volveré a ser periodista, pero deportivo”.

-¿Su mayor scoop (exclusiva)?
“Mi mayor scoop es un fracaso. Un día me llama un amigo mío de la Unión Militar Democrática (UMD), el teniente coronel Barja de Quiroga, y me dice, ‘ven corriendo’. Y voy. Y me cuenta la Operación Galaxia punto por punto. Querían matar al rey y a media humanidad de este país. Era el año 1978. Lo contrasté y lo escribí, pero en El Periódico de Cataluña, para el que trabajaba, no se lo creyeron. Y no lo publicaron. Tampoco se lo creyó el Diario de Lisboa, del que era corresponsal. Mi mayor scoop no logré publicarlo. Dos días después salió El País hablando de la Operación Galaxia, y la información que yo tenía me la tuve que tragar”.

-Llanero solitario.
“Eso lo dijo Carmen Romero, la mujer de Felipe González. Dijo que yo era un llanero solitario y eso no se perdona nunca. Al final, ser llanero solitario es muy jodido”.

-¿Quiénes le concedieron las mejores entrevistas?
“Adolfo Suárez siempre. Con Suárez tenía una sintonía especial de complicidad cabrona. Nos hemos fumado cajas enteras de puros. A mí Adolfo Suárez me decía, ‘¿oye, me vas a votar alguna vez?’. Y yo le decía que no. Y seguíamos siendo amigos y jugando al mus. No le voté nunca, no sé por qué. Siempre voté izquierda y nunca estuve en otro partido que no fuera el PCE, hasta el 76”.

-¿Sintonizó con Carrillo?
“Si no hubiera sido por gente como él y Martín Villa, esto se hubiese ido a tomar por saco. Y creo que Carrillo tenía mucho que esconder, como lo de Paracuellos. Tenía 23 años en la guerra, y hay que leer a Hemingway para darse cuenta de lo que estamos hablando”.

Fernando Jáuregui. / SERGIO MÉNDEZ
Fernando Jáuregui. / SERGIO MÉNDEZ

-¿Canarias es una desconocida para, los periodistas de Madrid?
“No tenemos ni idea, no sabemos nada de Canarias. Una pena. En Madrid estamos en posesión de la verdad. Los portavoces de Coalición Canaria han jugado su papel. Ana Oramas es una destacada parlamentaria. Paulino Rivero hizo muy bien lo de la presidencia de la comisión del 11M; luego tuvo aquel pulso electoralista del petróleo en el Gobierno. Y José Carlos Mauricio fue mi jefe político en el Partido Comunista. Carrillo pensó en él y en Pilar Brabo para sucederle. Mauricio no era comunista, pero sí ha sido un político brillante”.

-¿Esta crisis ha arrasado con las redacciones?
“No, la profesión periodística ya estaba, estábamos, jodidos desde antes, acostumbrados a que los políticos nos hicieran la pelota. No hemos cambiado el chip y estamos muriendo. Y vienen otros tipos que tampoco están preparados. Un día un alumno me preguntó que quién era el Kremlin. Y los demás no se rieron porque tampoco lo sabían. Este país tiene que cambiar. No puede ser el país del Siglo de Oro, que éramos todos hijosdalgos, funcionarios, curas, pícaros y soldados”.

-¿El Diariocrítico.com que dirige es su válvula de escape?
“Ahora dejo la dirección, de ser consejero delegado y la presidencia. Cedo mis acciones a los trabajadores, les seguiré ayudando. El tiempo pasa. Yo soy de familia longeva. Mi madre tiene 98 años y ahí sigue. Y sus hermanas se murieron pasados los 102. Pero ya tuve una nieta, me estoy jubilando, y he escrito mis memorias”.

-Memorias sobre el agua y el aceite…
“Nosotros, los periodistas somos agua y los políticos son aceite. Nunca nos vamos a mezclar ni entender”.

-¿Qué faros le enseñaron a mirar?
“Algunos. Lazarov, por ejemplo, que era un pícaro que me enseñó la profesión de pícaros. Me dijo que yo tenía una sonrisa encantadora y me metió en televisión. A los 65 años sigo en el aire; ahora con Carlos Herrera (Cope); en La Noche en 24 horas; en Telemadrid y en un programa muy raro de la 13, que se llama El Cascabel. Me gusta, lo necesito y vivo de esto, ¿qué más quiero?”.

-¿Le queda tiempo para escribir libros?
“Estoy escribiendo otro, con Federico Quevedo: Por qué cayó Mariano Rajoy. A lo mejor tenemos que cambiar el título y poner Por qué sobrevivió Mariano Rajoy, como dice Federico. Pero solo ese pequeño detalle”.

-¿Vio venir a Rodrigo Rato?
“Nunca me gustó, y lo conozco desde el 57. Jugábamos juntos en El Retiro, y estábamos en el mismo colegio. Él era de los mayores, yo de los pequeños. Jugábamos a policías y ladrones. Los más pequeños éramos los ladrones y ellos los policías. Rato hacía de policía. Era muy sobrado y matón”.

-¿Bárcenas era un pícaro o el eslabón de una trama?
“Un pícaro no. Lo que más preocupa a Rajoy es el cóctel preelectoral Gürtel-Bárcenas en estos dos meses. Lo mismo los ERE del PSOE. En Cataluña, pese a lo del 3%, Junts pel Sí ganó. La corrupción dar no da, pero quitar…”.

-¿Está ahora detrás de alguna noticia importante?
“Sí. A ver cuándo lo puedo sacar. Los dirigentes políticos están hablando y negociando entre ellos mucho más de lo que pensamos. No dos, los cuatro. También Podemos. Antes quise saber qué pasaba con Mariano Rajoy, que se ha planteado tirar la toalla si siguen sus bajísimos porcentajes de valoración en las encuestas. No lo va a hacer, pero está sobre la mesa. Por eso todo el mundo habla de si Feijoo. De aquí al 16 de noviembre, que se cierran las listas electorales, vamos a ver muchas cosas. Quiero ver lo que pasa con Rajoy. ¿Qué puede caer? No es probable, sí posible, y lo van a estar pensando hasta el último minuto. Es que aquí muchos se juegan mucho”.