sucesos

Las lluvias pasan su factura

Las lluvias torrenciales que la semana pasada cayeron sobre las Islas no solo causan problemas durante las precipitaciones sino que provocan efectos secundarios en el territorio, tal y como se ha comprobado en los últimos días. Esta suerte de factura se materializa fundamentalmente en dos fenómenos: la aparición de socavones en el firme, que cede al minar el agua su consistencia, y los desprendimientos en las laderas, que en el peor de los casos interrumpen el tráfico en las vías de circulación.

Con respecto a los socavones un buen ejemplo lo encontramos en el tradicional barrio pesquero de Santa Cruz de Tenerife. Los vecinos de San Andrés prácticamente se despertaron ayer con la noticia de un socavón en la calzada en el acceso a la zona del Castillo. Hasta el lugar se desplazaron los técnicos municipales, que dieron cuenta a los periodistas del pernicioso efecto de las aguas subterráneas procedentes de los montes de Anaga y que fluyen hacia el mar por el cercano barranco del Cercado. Eso sí, los especialistas descartaron que el Castillo se vea afectado.

Este tipo de incidentes no resultan una novedad en la Isla. Bien que lo saben los vecinos del barrio de El Cardonal, cuyas empinadas cuestas han sufrido este tipo de deterioros en temporales anteriores.

Roca en la TF-5

Por lo que respecta a los desprendimientos, no siempre tienen lugar justo cuando llueve. Si la semana pasada se sufrieron por esta causa cortes en carreteras de La Gomera (Hermigua) y Tenerife (Anaga), en la noche del pasado domingo una roca de grandes dimensiones cayó a los carriles de la TF-5 a la altura del punto kilométrico 43. Felizmente, el sorpresivo incidente ocurrió pasadas las 10 de la noche, cuando el tráfico es mucho menor. La rápida actuación del personal de Mantenimiento de Carreteras y de la Guardia Civil evitó males mayores por esta causa.

En cuanto a Anaga, los operarios del Ayuntamiento de la capital tinerfeña seguían ayer mismo trabajando en las siguientes carreteras: TF-138, TF-143, TF-145, TF-123 y TF-121. Como no podía ser de otra manera, su objetivo es garantizar la seguridad en la zona para evitar nuevos desprendimientos.

Por último cabe hacer mención del luctuoso suceso acaecido en el Barranco del Infierno, dentro del término municipal de Adeje, donde una turista alemana perdió la vida tras ser alcanzada por las piedras que se desprendieron en el desfiladero. A la espera de que los técnicos elaboren un informe oficial, no está claro que las lluvias caídas los días anteriores tengan relación con el trágico siniestro, por cuanto solo se registraron precipitaciones en la zona 48 horas antes.