Michelle Alonso no tiene límites. La nadadora tinerfeña, que ya es historia y leyenda del deporte canario, sigue en su lucha diaria por mejorar y mejorar y, de paso, llegar a los Juegos de Río de Janeiro de 2016 en condiciones de seguir cumando metal para su larga colección de triunfos nacionales e internacionales.

La campeona mundial y olímpica, ejemplo de humildad, trabajo y perseverancia, bate récords y rompe barreras. El último récord, el provincial absoluto de piscina corta, la última barrera, la de una prueba, la de 200 metros braza donde nunca se había sentido a gusto y en la que bajó su mejor marca en 13 segundos tal y como reconocía su entrenador José Luis Guadalupe.

“Además de batir el récord provincial absoluto en piscina corta, ha rebajado en 13 segundos su mejor marca personal en 200 braza, una prueba a la que siempre ha sido reacia a competir por su ímpetu en el control de ritmos”, confesaba el técnico, que admitía que “ahora ya también controla, con mucho trabajo diario, esta distancia”.

Guadalupe también informó que Alonso había conseguido quedar “primera en categoría absoluta, con 2:49:11, que sería récord nacional Feddi, en piscina corta, pero al ser en manual pues no cuenta. Ya lo hará en el regional Absoluto o en el campeonato de España de clubes Feddi”.

Para Guadalupe lo bueno es que Michelle “está aprendiendo a controlar ritmos y con un buen 2.49.11 (anterior marca personal 2010 3.02.05) y sobre todo con la satisfacción de saber que ha sabido controlar la prueba manteniendo siempre un ritmo constante con un buen pase de 100m de 1.19.5 y el otro a 1.29.60”.

Para el entrenador tinerfeño hay “buenas marcas y buenas sensaciones de saber que de algo esta sirviendo el trabajo en ritmos”, ya sea con mp3, tambor o timer, ademas del trabajo “constante de ritmo y subiendo el volumen aún más con respecto a años anteriores porque su umbral de sufrimiento deportivo ha subido también, con la motivación diaria que insuflamos”.