en la frontera

Los objetivos del milenio

En 2000 Naciones Unidas propuso una serie de objetivos sociales conocidos mundialmente como los objetivos del milenio. Una serie de metas de orden social, de desarrollo humano, que se pretendían alcanzar en quince años. Ahora, justo cuando ha transcurrido este tiempo, una nueva asamblea de la ONU acaba de aprobar 17 nuevos objetivos a conseguir en otros quince años, en 2030.
¿Qué ha pasado desde 2000 en relación con cada uno de los ocho objetivos formulados entonces?. Es verdad que el mundo se concienció en este tiempo de la importancia de estos objetivos, lo que realmente es muy relevante porque en este tiempo estos temas estuvieron bien presentes en las agendas políticas de prácticamente todos los gobiernos del planeta. En este sentido, se puede apreciar un notable crecimiento económico en algunos países en vías de desarrollo que ayudó a que mucha gente saliera de una situación de pobreza extrema. Por ejemplo, en India y China, 700 millones de personas viven ya con más de 1.25 dólares por día, lo que aunque notoriamente insatisfactorio es un cambio por el que muy pocos apostaban en 2000.

Las dificultades para medir científicamente el grado de cumplimiento de los objetivos son proverbiales. Porque en muchos países en desarrollo los datos no están sistematizados, porque no se lleva contabilidad alguna en muchos casos, porque en muchos países falta información imprescindible para medir realmente los avances en pobreza extrema y derecho a alimentación básica. Sin embargo, se calcula que se destinaron por los gobiernos, solo en 2012, cerca de 172.000 millones de dólares.

Para analizar el grado de desarrollo de los 8 objetivos de desarrollo del milenio fijados en 200 es revelador el artículo de Catalina Bellocq escrito en el servicio de aceprensa de 7 de octubre de este año, donde se para revista a estas metas sociales.

Por lo que se refiere a la eliminación de la pobreza extrema y del hambre, el objetivo de reducir a la mitad la proporción de la población mundial con renta inferior a 1.25 dólares diarios se alcanzó en 2010. La misma meta en relación a las personas malnutridas aún, por poco, no está cumplida.

En materia de enseñanza primaria universal el objetivo era conseguirlo para todos. Ahora la tasa de escolarización está en el 91% mientras que en 1990 se situaba en el 81.9%.

En igualdad de sexos se ha alcanzado la paridad en la enseñanza primaria en casi dos de tres países en desarrollo. La proporción de mujeres en empleos no agrícolas ha aumentado del 35% al 41%, pero la tasa mundial de actividad femenina, el 50%, sigue muy por debajo dela masculina, situada en el 75%.

La tasa de mortalidad de los niños menores de 5 años se redujo de 100 a 50 por mil, aunque el objetivo era el 33 por mil. En materia de salud materna, la tasa de mortalidad se redujo en un 45% pero no en un 75%, que era la meta.

En lo referente al combate contra el Sida, la malaria y otras enfermedades, es verdad que han descendido las nuevas infecciones de VIH pero no se sabe aún que ha pasado en relación a otras enfermedades.

En materia de sostenibilidad ambiental se han eliminado prácticamente las sustancias que dañan la capa de ozono aunque han aumentado las emisiones de CO2.

Y, finalmente, el octavo objetivo, el fomento de una alianza mundial para el desarrollo solo contó con compromisos de ayuda de cinco países: Noruega, Suecia, Gran Bretaña, Bélgica y Japón.

En fin, los objetivos se han cumplido parcialmente aunque con evidentes dificultades para medir los avances. Por eso, para conocer mejor la realidad es menester disponer de mejores herramientas técnicas que permitan auscultar la dimensión fáctica de los avances. De lo contrario, no sabremos a ciencia cierta la eficacia de unas medidas tan relevantes.

@jrodriguezarana