SUPERCONFIDENCIAL

Peatones idiotas

1. Con la Navidad, la decoración y el reclamo de los escaparates y la aglomeración de coches y de gentes, el peatón de la ciudad se vuelve idiota. Mira para los celajes, no atiende al semáforo, cruza por donde no debe y monta unos cacaos terribles. El peatón cargado de paquetes es parecido al que hace footing, porque aquel no tiene nada que hacer; o es jubileta irredento o disfruta de unos moscosos. El que hace footing va con los auriculares puestos y con la idea fija del sudor; y tampoco atiende un carajo al tráfico. El peatón se vuelve lerdo ante la circulación, no razona, se cree poseedor de todos los derechos, hasta el punto de provocar el atropello. Es el conductor quien se pone de los nervios en cuanto ve el primer árbol de Navidad o al Papa Noel tocándole la campana en el hocico. Ya estamos en vísperas, o sea que prepárense para el caos, para el conflicto entre el caminante abobado y el chófer preso de un ataque de nervios, hasta el culo de trankimazin y con la cabeza como un bombo. Todo lo que digo lo verán en unos días. Bajen por la calle del Pilar hasta el cruce de Suárez Guerra. Ahí tienen el campo abonado para esa lucha titánica.

2. Yo les confieso que, antañazo, me aturdía mucho el gran almacén. Empecé a padecer esa fobia en los Estados Unidos, cuando visitaba las grandes superficies, que ahora llaman mall, y también en Londres, cuando entraba en Harrods, aunque yo creo que lo que me aturdía de Harrods eran los precios, tan elevados. Los mejores batidos de mi vida los bebí ahí, en la propiedad -hoy- de Al Fayed. Claro que eran mayormente los 70 y las cosas han cambiado. Ahora Harrods no es caro, sino prohibitivo, por lo que mejor es no visitarlo. La próxima vez que vaya a Londres, si voy, no pienso entrar ahí aunque sí al lado, a la calle Beaucham Place, a comprar mapas antiguos de Canarias, si me tocara un boleto.

3. Yo creo que este año, con las elecciones navideñas, la gente de a pie se va a idiotizar mucho más. Y los conductores a encochinarse hasta el paroxismo. Se colapsarán las calles más que nunca y habrá más atropellos que otras veces. Y eso. No sé, yo me lo pensaría antes de salir, más que nada por el riesgo.