Me han hecho muchas confidencias a lo largo de mi vida. También yo las he hecho alguna vez. ¿Seguirán siendo confidencias?
-Quien se alimenta solo de los aplausos que recibe es capaz de alimentarse también con el aroma de una rosa de jardín antiguo. ¿Presuntuoso o romántico?
-Ella se creía un tapiz, pero era solo una alfombra. Aunque la alfombra estuviera clavada en la pared.
-He tenido sueños muy gratos en los más recientes meses. Y, sin embargo, ya he cumplido los 86 años. ¡Qué cosas!
-Cuando uno bosteza demuestra tener poca educación. ¡Pero qué alivio proporciona un bostezo cuando sufrimos una visita larga y aburrida!
-Conozco a personas con cultura, universitarias incluso, que suelen confundir los significados de bianual y bienal. ¡Y hay que ver las diferencias que existen en los significados de ambos vocablos!
-Leí no sé dónde: “El látigo traza en el aire la rúbrica del tirano”. Lo malo es que otro día leí estas palabras: “Un latigazo a tiempo puede enderezar muchas cosas”. ¿A quién sigo?
-No suelo caer en eso que la gente llama faltas de ortografía. ¿Creen ustedes que debo considerarme un genio?
-Fui coleccionista de sellos de Correos, luego coleccioné no sé cuántas fotografías antiguas. Hoy colecciono exclusivamente noches sin sueño.
-Aquella mujer amaba tanto a su esposo que ofrecía sus nalgas para que el practicante le pusiera las inyecciones que el médico había recetado a su media naranja. Eso sí que es amor.