BALONCESTO

¿Qué ha cambiado en dos semanas?

Tras días convulsos, todo parece verse mejor en el entorno del CB Canarias. La victoria ante el Herbalife Gran Canaria, además de la buena imagen mostrada en Málaga, ante Unicaja, han acabado con el pesimismo se había instalado alrededor del club debido a su mal inicio de competición justo en la temporada en la que todo apuntaba que debía darse un paso al frente. Pero, ¿han podido cambiar tantas cosas en solo dos semanas? Los números parecen decir que sí.

Defensa, defensa, defensa…
Antes de viajar a Málaga, el Iberostar Tenerife era el equipo que más puntos recibía en cada encuentro. El horizonte no era demasiado halagüeño, teniendo en cuenta que los compromisos siguientes eran frente a dos de los mejores conjuntos de toda la Liga Endesa.

A pesar de perder en el Martín Carpena por 85-75, lo cierto es que los 40 minutos de partido acabaron con empate a 69, casi 20 puntos por debajo de la media de tantos recibidos que poseían los insulares hasta esa fecha. Una semana más tarde, con la llegada al Santiago Martín del Herbalife Gran Canaria, quinto mejor ataque de la competición, los de Txus Vidorreta dejaron a los de Aíto García Reneses en 63 tantos, logrando además, lo más importante: la primera victoria del año.

Reducir los puntos recibidos era vital porque, en relación a otras estadísticas, el Iberostar Tenerife no reboteaba mal, atacaba con cierta fluidez y llegaba, incluso, a valorar más que su oponente de turno a pesar de haber caído frente al mismo. Frente al Real Madrid, en la tercera jornada, los aurinegros recibieron 112 dolorosos puntos, siendo, posiblemente, el momento en el que se tocó fondo en este aspecto.

Esa defensa ha resultado necesaria pero, como la tan manida manta de Solari, ser mejores en defensa se refleja en el ataque.

Más eficacia

Menos puntos, pero con más valor. Hasta la cuarta jornada, el Iberostar Tenerife anotaba 79,5 puntos por encuentro. Su tope fueron los 89 del día frente al Real Madrid, pero esos puntos no se traducían en triunfos.

En las dos últimas fechas ligueras, el CB Canarias maneja una media de 70 tantos por encuentro, casi 10 menos que los que hacía anteriormente, pero haber reforzado la defensa le ha permitido conseguir ganar a todo un Gran Canaria con solo 65 puntos.

Ni los tiros de 2 puntos, con un 52% de acierto, ni en triples, con 33%, han experimentado mejoría, incluso han bajado alguna décima, pero dicha efectividad es evidente, teniendo en cuenta que en el último compromiso ya no jugó Xavi Rey y que Saúl Blanco continúa inmerso en su proceso de recuperación.

El cambio
Todas las miradas parecen dirigidas al reemplazo de entrenador después de que Alejandro Martínez diera un paso al costado. Resultaría sencillo achacar la mejoría a la llegada de Txus Vidorreta, pero el propio técnico vasco fue claro en la rueda de prensa posterior al duelo con el Unicaja, admitiendo que la buena imagen dada era fruto “del trabajo hecho anteriormente”, en donde su mano no intervino. Algo similar ocurrió después de ganar al Gran Canaria, cuando indicó que “con pocos entrenamientos” en la Isla se puede ver “algo más” de su estilo de juego, pero reiterando que es fruto de todo lo hecho hasta el momento.

Javier Beirán contradijo a su técnico o al menos le dio más importancia a las sesiones llevadas a cabo bajo la tutela de Vidorreta. “Tenemos más normas, tanto defensivas como ofensivas, muchas más jugadas y disciplina. Creo que eso nos está ayudando a tener orden. Tenemos algunas normas que no teníamos y que hacían que nos metieran parciales muy importantes”, indicó el alero madrileño que, además, recalcó los “muchos tipos de defensa” a los que acostumbra Vidorreta a sus equipos.

A eso habría que sumar el factor anímico. No fue sencillo para el grupo la salida de Alejandro Martínez, como tampoco la marcha de Xavi Rey de improviso. “Trabajamos con alegría toda la semana, con mucha fuerza, que nos ayuda a sobreponernos cuando estamos por debajo en el marcador”, apuntó el propio Beirán.

Y es que parece evidente que la última victoria ha servido para quitarse de encima parte de la presión que arrastraba el vestuario canarista, que no pensó firmar un inicio de competición como este.