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Revistas de humor

1. Ya no hay revistas de humor que nos hagan sonreír. Acabadas La Codorniz y El Hermano Lobo, sólo queda El Jueves, que ni siquiera sé si sale regularmente, espero que sí, cuyo humor me gusta menos. Por eso se bendicen los ramalazos de humor en la Red, como los de El Baifo Ilustrado, una publicación online que a mí me encanta, aunque de vez en vez se meta conmigo. Hace bien y así me eleva a personaje importante. Pero conste que cada vez que me mandan algo lo leo con mucho interés y regocijo. Porque me parece a mí que el sentido del humor de los canarios, de los españoles en general, se ha perdido con tanta tragedia. Es verdad que era más fácil hacer humor opositor; con la democracia hubo ya menos argumentos para emplearse a fondo contra todo, para sacarle lasca a la pata de cochino. Con lo que hace falta el sentido del humor en nuestra vida diaria, es una pena que las publicaciones hayan desaparecido.

2. En mis tiempos de director de La Gaceta de Canarias siempre se publicó una página de humor, que llevaba magistralmente Pepe Chela, paz descanse, hasta que a éste le dio por la gastronomía y abandonó el chascarrillo, que manejaba como nadie. Pepe Chela y yo ganamos al unísono -él en verso, yo en prosa- un concurso literario en La Orotava, sólo que yo aporté sólo mi nombre porque yo creo que aquello lo escribió un cura, don Carlos Saravia Cabello de Alba, que ya murió; era un excelente profesor salesiano y le gustaban las mujeres. Como debe ser. Hace no mucho tiempo, una amiga me mandó el original de aquel escrito, que yo le había regalado, creo que dedicado. Ya lo he protocolizado en los tomos correspondientes y ahí permanecerá hasta que alguien se decida a publicar lo que he escrito. Pero al menos está archivado.

3. Echo de menos una buena revista de humor. En la revista El Burgado, que yo dirigí en la noche de los tiempos, siempre había una página de humor. Pero he sido tan individualista que todas las publicaciones que he editado las he iniciado sin socios, me quedo sin dinero y fenecen pronto, como El Gráfico, una revista deportiva fantástica. Qué pena, siempre he caminado solo y así me ha ido.