el charco hondo

Velas

También los consejeros de este Gobierno viven en una constante búsqueda de lo que -a su entender- puede darles tranquilidad, y desear un escenario de calma es una ambición razonable, una necesidad respetable. Quienes se sientan en el Consejo saben que para desarrollar un estado de calma hay que prestar atención al interior, eludiendo vaivenes que cargados por el diablo pueden mermar la estabilidad emocional y, en este caso, presupuestaria. Un contexto de tranquilidad -dinámico, oscilante- puede alcanzarse si se dan tres factores, al común de los mortales nos basta con actitud personal, flexibilidad y presentismo. Pero si eres consejero de Economía, Obras Públicas o Hacienda te hace falta un cuarto factor: que el Partido Popular gane las elecciones y, sobre todo, que mantenga en sus puestos a ministros y secretarios de Estado de Hacienda, Economía y Fomento, porque solo así podrás afrontar el 2016 verdaderamente calmado, o al menos algo más tranquilo que si te cambian a los interlocutores y tienes que explicar los compromisos a vete tú a saber. Habiéndose firmado un buen acuerdo sobre el ITE (y lo es) cabe sospechar -puede que sí, lo mismo no, pero podría ser- que en la más íntima de las intimidades algunos consejeros estén poniendo velas para que la gente vote al PP y así garantizarse que ITE, carreteras, REF económico o aeropuertos sigan en manos de quienes están asumiendo dichos compromisos, no vaya a ser que desmintiendo a Montoro alguien sea capaz de revertir lo acordado. Estaría muy feo que incumplieran, dice Carlos Alonso; pero podría ser que alguno piense que, de no ganar el PP, llegarán otros a los que no salga del pie hacer ajustes en los PGE para cumplir lo firmado por el ex ministro. Así las cosas, si es que algunos consejeros tienen la secreta tentación de votar al PP por tranquilidad, en Coalición o PSOE deben ser flexibles con ellos, tienen que comprender que la búsqueda de la calma es humanamente razonable y no atiende a siglas o ideologías.