1. Como escribo de noche, generalmente de madrugada, me da tiempo de repasar los periódicos digitales antes de dirigirme a ustedes, pero, claro, también escribo rendido y algunas veces las noticias no llegan y no puedo esperar: me quedo tieso. Como lo de Venezuela, cuyos resultados los tendrán ustedes en otro lugar de éste y de otros periódicos. Lo dejo para mañana. Sí me hablaron muy bien de un mitin de CC en La Orotava. Quien me lo comentó me refirió, incluso, que Ana Oramas estuvo bien en su mensaje nacionalista, lo que no es normal porque ella es españolista y monárquica. Me alegro de esa derrota electoral. Derrota en el sentido de rumbo, no de fracaso, que aún no lo sabemos. Pero es que, en el colmo del cambio de actitud, mi informante me ha comunicado que hasta Carlos Alonso, que no es precisamente Demóstenes y que procede del PP, se ha convertido al nacionalismo y dice cosas interesantes para la causa, dándole al acto de referencia, organizado por el candidato (al Senado) Linares, un tinte exitoso. Y refrescante.

2. Parece que Linares no va a salir elegido, aunque sí el senador nacionalista herreño y otro por Lanzarote o Fuerteventura, como CC reconoce en privado. La campaña puede alterar algunos resultados de las encuestas, sobre todo si Ciudadanos sigue creciendo y Podemos continúa viniéndose abajo, con esos greñúos y juezas sabiondas y de reputación profesional dudosa que presenta en las Islas. Esta vez sí tendremos a Melisa Rodríguez en el Congreso y ya era hora; se lo merece. Bueno, espero que se lo merezca. Ha tenido que sufrir mucho, mucha incomprensión y mucho insulto dentro de su propio partido. Y parecían bobos los de Ciudadanos; parecía que no rompían un plato y son peleones.

3. Lo de Ana Oramas está liquidado: va a salir, aunque con un porcentaje bajito de votos. Y lo del mensaje nacionalista está muy bien. Que se mojen o que se cambien el nombre. Si se es nacionalista no se puede ser españolista ni monárquica, por eso lo que Oramas dijo en La Orotava fue muy positivo para su partido y ha sido bien valorado. Pues me alegro, qué quieren que les diga.