LEOLANDIA

¿Cuánto vale la vida aquí?

R.M. (VIVA LA RADIO)
R.M. (VIVA LA RADIO)

Estamos tan obsesionados con la violencia terrorista que a lo peor nos hemos olvidado de la delincuencia común. Esta semana asesinaron en Arona al presidente de TGas, Raimundo Toledo. Lo secuestraron, lo mataron, lo metieron en la maleta de su coche, le dieron fuego al cadáver y lo despeñaron por el mirador de La Centinela. El orden de las acciones no lo tengo claro, pero sí que todo fue obra de sicarios.

Nadie más que los sicarios, asesinos a sueldo, actúan de esta manera. Parece ser que sobre todo la Guardia Civil tiene algunas pistas sobre la autoría intelectual, pero los autores materiales seguramente que han tomado ya las de Villadiego, han huido, probablemente a sus países de origen.

¿Asesinos a sueldo? Seguramente, porque un secuestro sin rastro no es fácil de ejecutar y una muerte tan cruel y violenta no la perpetran aficionados. Y Una pregunta, ¿cuánto vale una vida aquí, en estas islas, que eran tranquilas, que viven del turismo y no se pueden permitir estos sucesos, que inmediatamente están en los medios del todo el mundo, además del daño irreparable que causan a los afectados y a sus familias, claro? Estamos hablando de algo que ocurrió en el sur tinerfeño. Pero hay bastantes crímenes sin resolver en las islas. ¿Ya nadie recuerda a aquel matrimonio asesinado en sus coches en un camino vecinal de la misma comarca? ¿Y los recientes atracos a una señora y al propietario de una gasolinera para robarles miles de euros a las puertas de dos bancos? Puede ser que las fuerzas del orden estén muy pendientes de la violencia terrorista y a lo peor han descuidado algo la delincuencia común. Es sólo una percepción, pero yo creo que tengo razón. Y nuestra tranquilidad frente a las mafias vale mucho.

Es preciso ahondar más y mejor en los procesos que rodean a estas muertes. Yo supongo que las fuerzas del orden estarán investigando el asesinato de Raimundo Toledo: quiénes tenían interés en liquidarlo, todo su entorno, sus relaciones comerciales y personales, etcétera. Era el presidente de una distribuidora de combustible y propietario de una gasolinera, por los datos que han trascendido, tenía finca en explotación agraria y una empresa de servicios. ¿Quién o quiénes están detrás de esa muerte violenta?

Mi compañero -y sin embargo amigo- Tinerfe Fumero, que es un brillante cronista de sucesos y que trabaja en este periódico, les mantendrá a ustedes informados de los avances en la investigación, pero él como yo se estará preguntando cuánto vale una vida en estas islas y si cualquiera puede cometer un crimen por encargo, sin ser descubierto. Sería terrible. Ya sabemos que esto ha sido un paraíso para las mafias, pero las creíamos erradicadas con la desaparición de algunas actividades, como el time sharing fraudulento y otras. Parece que no. Parece que aún siguen vivitas y coleando, aunque derivadas a otros sectores por lo sucedido esta semana. Aprovechando que hoy no debemos hablar de política, para que ustedes voten tranquilos y decidan el futuro de este país, he preguntado a amigos policías y me han dicho que el asesinato de Toledo tiene toda la pinta de un ajuste de cuentas, de una vendetta, como quieran llamarlo. ¿Por qué motivo? La Guardia Civil tiene ya algunas pistas y la Benemérita las está analizando y siguiendo con mucho afán. No han dicho nada todavía por la natural prudencia que deben mantener, pero hay varias líneas de investigación que están en curso.

Entristece todo esto porque nosotros vivimos de la tranquilidad, es nuestro patrimonio más sagrado, es nuestro atractivo principal. Y estas cosas que ocurren de vez en cuando: robos en joyerías importantes, a gran escala; asesinatos y secuestros; aparición de cadáveres en parajes rurales, todo esto mancha el nombre de las islas y nos afecta en cuanto a nuestra industria principal: el turismo. El trabajo policial da muchas veces sus frutos. Dos miembros de la banda que atentó contra joyerías fueron atrapados en Fuerteventura, tras el asalto a una de ellas y están en la cárcel. Ello ha permitido conocer su modus operandi y alertar a los establecimiento para que mejoren sus sistemas de seguridad, ya de por sí muy sofisticados.

Ha muerto un hombre de forma violenta, esta semana. Hay que investigar a fondo este crimen. Es preciso que la gente de las islas viva tranquila y que los delincuentes no puedan con nuestra sociedad, que no está nada acostumbrada a estas violencias. No todo está en la lucha antiterrorista, que es muy importante. Pero que ello no nos haga abandonar la persecución y la prevención de la delincuencia común, que puede golpearnos muy fuerte y, de hecho, ya lo está haciendo.