La Guardia Civil, en el marco de la operación Thays, ha detenido a un varón de 37 años de edad que mantenía contacto por la red de mensajería instantánea Whatsapp con 12 chicas menores de edad, a las que remitía imágenes pornográficas. Se le acusa de sendos delitos de corrupción de menores, en información facilitada desde la Oficina Periférica de Comunicación de la Comandancia provincial del Instituto Armado en Santa Cruz de Tenerife mediante nota de prensa remitida a los medios.

Las investigaciones comenzaron en el verano del pasado año 2014, cuando se presentó una denuncia en la isla por parte de un padre que había detectado que su hija de 11 años estaba recibiendo a través de la red social reseñada una serie de imágenes pornográficas explícitas procedentes de un número de teléfono desconocido.

Los investigadores, mediante los oportunos mandamientos judiciales, conocieron la identidad del titular y usuario de ese teléfono, el cual resultó ser residente en la provincia de Córdoba. Una vez detenido se procedió a la intervención de los dos teléfonos móviles que tenía en su poder, confirmándose que las fotografías enviadas a la menor se hallaban en ellos.

Además se localizaron en los mismos gran cantidad de chats de Whatsapp con contenido pornográfico y, entre ellos, muchos en los que los interlocutores parecían menores de edad, por lo que se realizó un exhaustivo análisis de cada chat, realizando una selección de dieciséis comunicaciones susceptibles de ser realizadas con menores de edad.

Tras los oportunos mandamientos judiciales se pudo identificar a los titulares de esos teléfonos, detectándose que estaban ubicados en diferentes provincias del territorio nacional. Una vez localizados los usuarios de los mismos, se determinó una cifra final de doce menores afectados por chats con contenido pornográfico, además del caso ya reseñado que se denunció en Tenerife.

Hay que señalar que el autor obtuvo los teléfonos móviles de los menores a través de las redes sociales, donde suele ser habitual que los jóvenes coloquen información personal, tal como su número de teléfono y fotografías personales; esa información resulta esencial para los pederastas, dado que de esa forma pueden seleccionar a sus potenciales víctimas en razón a sus gustos personales.

El pederasta ahora detenido simulaba ser un joven de entre 16 y 25 años de edad, enviando fotografías de un joven que nada tenía que ver con él, intentando obtener así un acercamiento inmediato con su potencial víctima. Tras ese acercamiento inicial, y pese a que los menores atacados comunicaban su minoría de edad, el autor no tenía reparo alguno en usar con ellos frases con connotaciones pornográficas y en enviarles imágenes de sexo explícito.

Los investigadores de la Guardia Civil hacen hincapié en la prevención de este tipo delictual cercano a lo que se conoce como grooming y que se caracteriza porque adultos que establecen relaciones con menores de edad donde, en principio, se intenta ganar su confianza y progresivamente van intercambiando material pornográfico; o se le pide su participación en actos de naturaleza sexual llegando incluso a forzar encuentros personales.

La operación fue desarrollada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife, en colaboración con otras Unidades de Policía Judicial del Cuerpo de las provincias de Córdoba, Madrid, Murcia, Huesca, Almería, Cádiz, Baleares, Valencia, Lérida, Alicante y Granada.

Este tipo de conductas ya se encuentran tipificadas en el Código Penal tras la reforma de 2010. Concretamente el artículo 183 bis dictamina que “el que a través de internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología (…) contacte con un menor de 13 años y proponga concertar un encuentro con el mismo, a fin de cometer” agresiones y abusos sexuales y similares “será castigado con la pena de uno a tres años de prisión o multa de doce a veinticuatro meses, sin perjuicio de las penas correspondientes a los delitos en su caso cometidos”.