CD TENERIFE

Los dioses eran humanos

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Los bermellones celebraron la clasificación sobre el césped| DA

Jorge Valdano, en uno de los actos de homenaje a la memoria de Javier Pérez celebrados recientemente, recordaba uno de sus momentos más complicados como técnico insular. Decía el técnico argentino que Pérez era un hombre que estaba “encima de todo” así que, cuando la noche del 20 de enero de 1993 el Tenerife cayó eliminado a manos del Mallorca, entonces en Segunda, el presidente chicharrero, dirigiéndose a Valdano, le indicó en tono que “en caso de tener una operación importante” era él mismo quién la llevaba a cabo sin necesidad “de llamar a otros”.

Valdano había hecho lo que cualquier entrenador. Después de ganar en el Lluis Sitjard por 1-3, el argentino había reservado a algunos de sus titulares, lo mismo que había hecho el RCD Mallorca que, siendo primer clasificado de Segunda, daba la eliminatoria por perdida, pero los baleares, que habían empezado el encuentro estrellando un balón en el larguero, se adelantó a los 33 minutos por medio de José. La eliminatoria, a pesar del murmullo que recorría el estadio, no parecía peligrar.

Marca Gálvez
El actual entrenador del Mallorca, lograría el 0-2 a los 61 minutos, pero con el gol de Dertycia, en el 87, parecía que todo quedaría en un susto. Nada más lejos de la realidad, ya que Sacares, en el minuto 89, ponía el definitivo 1-3 que igualaba la eliminatoria y llevaba el encuentro a la prórroga.
Valdano había introducido en el campo a Pizzi, que comenzó como suplente, además de a Pier, pero no había manera de perforar la meta de un jovencísimo Toni Prats. El duelo se tendría que marchar a la tanda de penaltis en la que el portero, que luego haría carrera en Primera División, se convertiría en protagonista de la misma.

Tras realizar ambos equipos sus cinco primeros lanzamientos todo seguía igualado, esta vez a cuatro. Ezequiel Castillo, por los locales, y Chema, por los visitantes, habían errado sus tiros, así que, en un Heliodoro que seguía sin creerse lo respondón que había salido el Mallorca, tocaba jugarse todo al fallo de uno de los jugadores bermellones.

Pero dicho fallo no llegó. Pier anotó el suyo, a lo que respondió Sala antes de que Toni Prats despejara el lanzamiento de Quique Estebaranz. Fue el propio portero el que se dirigió al punto de penalti para ser él el que pudiera dar el pase definitivo a su equipo y lo hizo con un disparo duro y seco que batió a Ochotorena.

Lorenzo Serra Ferrer, que aún era un desconocido para el gran público, estalló de júbilo con sus jugadores, que no terminaban de asimilar sobre el césped del Rodríguez López que acababan de eliminar a uno de los equipos de moda del fútbol español.

Curiosamente, más allá del gol, Pepe Gálvez, entrenador mallorquinista en la actualidad, fue protagonista del encuentro al ser una auténtica pesadilla para la defensa blanquiazul, compuesta por Julio Llórente, Toni, César Gómez y Rafa Berges, ya que Valdano había dado descanso, entre otros, a Toño Hernández.

El argentino sentenciaría que era en esas situaciones en las que se vería “la madera” de los hombres de su plantilla, algo que quedó comprobado en la mejor época de la historia blanquiazul.