Sea porque tiene la antena mal ubicada, porque camina por zonas de sombra con demasiadas interferencias o porque dado el repentino incremento de usuarios se ha producido una saturación, se confirma que el partido que preside Canarias tiene un problema de falta de cobertura. La conversación que CC tiene con el electorado está interrumpiéndose con demasiada frecuencia. Tantas son las interferencias que en la calle apenas se logra ya entender qué se le está diciendo desde Coalición. La voz de Canarias se entrecorta, llega mal, y a ratos no llega. En lugar de despilfarrar tantas energías buscando fantasmas debajo de la cama (¿es acaso razonable conducir con los ojos solo en el retrovisor?), un buen comienzo podría ser admitir que se han equivocado, identificar errores y buscar soluciones. Los resultados lo han dejado claro, así no; y, si así no, más les vale ponerse manos a la obra, repensarlo todo -hace bien Barragán en verbalizarlo-, tender puentes, afinar las apuestas, cambiar estrategias, reescribir el relato, abrir las puertas para que vuelva a entrar el aire. Cuando en quince años se pasa de 248.261 (29,56%) a 81.436 votos (8,2%), si se pierden 62.000 votos respecto a 2011 o en Gran Canaria (4,2%) merodean los porcentajes del Partido Animalista, cuando en La Laguna quedan cuartos y en Santa Cruz quintos, entonces sí, están en Defcon 1. El mapa político de las Islas ya es otro. Si Podemos gana en Las Palmas y La Laguna -y es segunda fuerza en Telde y Santa Cruz- el PSOE tiene un problema, y serio. Si el PP aguanta el golpe es porque su suelo es sólido. Si a pesar de que Albert Rivera pinchó Ciudadanos planta cara a CC, es que no son ave de paso. Si el partido que preside en Canarias solo gana en El Pinar, El Sauzal y Vallehermoso es que tiene que salir pronto de la zona de sombra en la que está y reorientar la antena, porque de lo contrario las interferencias terminarán interrumpiendo la conversación de Coalición con el electorado.