tribuna

Ganar y no gobernar – Por Fermín Bocos

Recta final de la campaña. Falta menos de una semana para saber qué hemos votado los españoles y quién o quiénes queremos que nos gobiernen. Las encuestas son coincidentes. Todos los sondeos pronostican la victoria del PP. En segundo lugar varía: en unas aparece el PSOE, en otras Ciudadanos. El cuarto lo ocupa Podemos. Ganar las elecciones sin obtener un porcentaje por encima del 40% -como consiguió el PP hace cuatro años- no garantiza el respaldo parlamentario necesario para gobernar sin depender de apoyos ajenos. En eso estamos. Si damos por buenos los estudios demoscópicos conocidos (incluido el último del CIS, que según los expertos, pese a la cocina, sigue siendo el más fiable), el Partido Popular será la lista más votada pero no por eso Mariano Rajoy tiene asegurada su continuidad como inquilino de La Moncloa. Nuestra democracia es un sistema parlamentario en la que al presidente del Gobierno lo eligen los diputados. No es un sistema presidencialista. Quiere, pues, decirse, que la lista más votada en las urnas -si esa victoria no apareja la mayoría de escaños en el Congreso- puede verse relegada a encabezar la oposición. Lo acabamos de ver en Portugal donde, a pesar de la victoria del Partido Social Demócrata de Pedro Manuel Passos Coelho, quien preside el Consejo de Ministros es el socialista Antonio Costa.
No digo que en España el panorama post electoral traiga aires lisboetas, pero anoto la preocupación que se detecta en las alturas del PP. El pinchazo de Mariano Rajoy en el que fue diseñado como gran mitin de Las Rozas -ciudad satélite de Madrid, sociología urbana de clase media, media-alta- está dando pie a no pocos comentarios.

Nuestro sistema es como es. Un partido puede ganar las elecciones en número de votos, incluso en número de escaños, pero la coalición de otros partidos pueden dar el Gobierno de la Nación a otro.

La clave para despejar la situación la tienen, como casi siempre, los indecisos. A buscar su voto se aplicaran esta semana los partidos en los cuatro días que quedan de campaña.