tribuna

Navidad para todos – Por Florentín Díaz

La publicidad invade nuestras vidas y ahora, con la llegada de la Navidad, el consumo es inevitable. El gasto familiar empezará a dispararse y las tarjetas se irán vaciando. Para muchos que no han finalizado de pagar los gastos del comienzo de curso de sus hijos, se les une los gastos de estas fechas. Así es como nosotros, los no tan niños, vivimos está época: una época de consumo y de cierto estrés. Con este período, se abre la llegada de las compras, los compromisos sociales y familiares, las cenas de empresa… Un sinfín de situaciones que nos generan un cierto desequilibrio y quebraderos de cabeza. Con el paso de los años, muchos han olvidado, la verdadera razón de vivir la Navidad. Para muchos adultos, son momentos de tristeza que afloran en estos días. Se vuelven apáticos y sensibles y no se vuelcan en que los más pequeños se contagien de lo que ellos vivieron en su niñez. Yo nací y me crié haciendo el Belén, las truchas de batata y mirando a la montaña desde la ventana para ver si los Reyes Magos estaban más cerca. La Navidad es para compartir con la familia y amigos; una fiesta para ser solidarios y repartir amor. Es un buen momento para expresar buenos sentimientos hacia los otros, de intercambio de generosidad con el que no tiene y de nuevos propósitos. Además, es una época muy esperada y especial para los niños, por ello, tenemos que hacer un esfuerzo para que este periodo traiga momentos tranquilos y con agradables compañías. Para algunos será así, aunque habrán muchas familias que no podrán disfrutar de estas fiestas. Me entristece saber que un niño no es capaz de pedirles nada a los Reyes Magos porque es consciente de la situación que vive su hogar. Me entristece que a la casa de ese niño no lleguen unas tabletas de turrón, un buen jamón serrano y algunos adornos nuevos. Me pone de los nervios el saber lo que no se siente cuando uno padece necesidad y con cierta vergüenza y pudor va a las organizaciones de su municipio a pedir ayuda en estos días. Creo que es un buen momento para reflexionar y en la medida de nuestras posibilidades ayudar a quienes desde el silencio nos están pidiendo ayuda. ¡Felices fiestas para todos!