crítica

Óleos de Antonio López Portero en el Círculo de Amistad

Antonio López Portero expone en la galería de arte del Circulo de Amistad XII de Enero su última colección de bodegones, donde incluye algunos temas de paisajes de almendros y composiciones. Representante de la escuela andaluza, sobre todo en sus naturalezas muertas. Pintura que es poesía visible. Dedica en esta ocasión muchos de sus cuadros a peces, los vemos reflejados, sardinas, viejas, samas…, sin faltar sus grandes óleos, donde aparecen los panes, recién horneados, y especies vegetales, cebollas, naranjas, tomates auténticos trabajos de creación propia. Sus piezas están bien elaboradas, siguiendo la tradición bodegonística española.

Portero se entusiasma con objetos sencillos y los perpetúa, como son los cristales, las macetas, jarrones que llena de vida y color como ocurre con los geranios. Artista que demuestra que es portador de cálidas virtudes. Cultiva el realismo, no hay más que ver sus trabajos, dejando a un lado la frialdad descriptiva, e impregnando en sus óleos un calor interno especial conseguido a través del color y del tratamiento tonal. Sus composiciones siempre dicen algo, no hay más que ver la tarjeta a propósito de esta exposición, tres peces superpuestos, el realismo es enorme, parece que están vivos, de aquí que Portero nos cuente cosas verídicas, tanto pueden ser unos garrafones de vino apilados, como un cesto de manzanas o granadas.

En sus óleos sabe unir técnica y personalidad, es el buen hacer puesto al servicio de la expresión de síntesis propia de la belleza que construye en cada una de sus tablas. La elegancia compositiva es extraordinaria. Practica el dibujo, sobre todo de desnudos del cuerpo humano, que conformarán una próxima exposición. Siempre está dispuesto a venir a nuestra isla para darnos a conocer sus trabajos, sus inquietudes y también para captar algunos de nuestros mejores paisajes que lleva a sus muestras en la Península.

Portero sabe describir el paisaje que ve, el de nuestros campos, el azul de los cielos, la atmósfera que percibe, la vida de ellos por medio de la descripción de todo aquello que le ha inspirado. Consigue ir por los caminos de la plástica con los ojos muy bien abiertos y con la sensibilidad a flor de piel. Pintura siempre atrayente, interesante, muy bien resuelta con el saber hacer del artista. Se enfrenta con la mirada limpia a los temas, a la naturaleza, y sabe trasladarla con todo esplendor al lienzo.