la gatera

Promesas – Por Herzog

Bendito es quien promete y cumple y, aún más, si pudiendo hacerlo se abstiene, para no incurrir en fraude hacia quienes pudieran pasar a ser acreedores de la palabra dada, posiblemente, en vano, si cae en el olvido. La política, como la vida misma, está plagada de votos incumplidos, de compromisos rotos, ya sea por la fuerza de las circunstancias, ya sea por la falta de seriedad de quienes lo formulan, acarreando consigo desprestigio y reprobación, no sólo de los destinatarios sino del conjunto de la sociedad. Una vez concluida la fiesta de las buenas intenciones, escasas en comparación con las descalificaciones y ataques verbales en la reciente campaña electoral, ya es hora de ir pensando en hacer realidad esas propuestas con las que tanto han querido, unos y otros, deslumbrar a los ciudadanos, de que se haga valer la palabra dada y no medre el bochorno que infunde la falta de credibilidad de quienes a la mínima excusa cambian su discurso. Quien incumple no sólo defrauda y pervierte su honor sino que provoca daño y frustración ajenos. Las hemerotecas están llenas de promesas incumplidas y de gestos para la galería. Un recordado amigo me decía que “para quedar mal nunca faltará tiempo”, por lo que siempre será mejor abstenerse de formular votos o promesas si no estamos seguros de cumplirlas. La gente lo agradecerá.