'EL PUENTE DE LOS ESPÍAS'

Los rostros escondidos de la historia

puente de los espias

Por Manuel E. Díaz Noda

Años atrás Steven Spielberg era considerado el Rey Midas de Hollywood, un director cuyas películas eran fábricas de hacer dinero. Hoy en día, diluido el impacto comercial de sus películas, es su prestigio como narrador lo que mejor define su filmografía reciente. En El puente de los espías, Spielberg recurre al caso real del abogado, especialista en seguros, James Donovan, quien de manera paralela ejerció también una importante labor como negociador entre Estados Unidos y la Unión Soviética, empleando el director para ello un discurso en favor del contrato de libertades que garantiza la constitución de los Estados Unidos, incluso en aquellos casos en los que los propios ciudadanos están en contra de respetar. La película comienza con un plano en el que vemos al personaje de Rudolf Abel pintando su autorretrato, mostrando su rostro por un lado en un espejo y por otro en el lienzo, en representación de esa faceta oculta del espía. Tampoco Donovan, pese a su honestidad intrínseca, está libre de ese reflejo. Ejemplo claro de héroe spielberiano, bajo su apariencia más convencional oculta también una faceta más novelesca y excitante. A nivel interpretativo, la cinta cuenta con dos grandiosos trabajos por parte de Tom Hanks y Mark Rylance. Entre ambos se genera una poderosa química, que da a la relación de los dos personajes una espléndida cercanía y emotividad. El trabajo de puesta en escena del director es también uno de los componentes a destacar de la película. Nos encontramos definitivamente ante un Steven Spielberg más maduro y moderado que en sus trabajos clásicos. Su narrativa prescinde de la espectacularidad de los grandes planos y los alambicados movimientos de cámara para ajustarse a enfatizar el trabajo de los actores y jugar con el tempo dramático y el suspense. Puede que Spielberg ya no sea el Rey Midas de Hollywood, y que, en un 2015 cargado de películas sobre las que se ha depositado tantas expectativas, El puente de los espías pase más desapercibida, sin embargo, se trata de una de las mejores películas del año.