Desciende de canarios, está casada, tiene dos hijos y vive en el estado de Portuguesa. Una mujer de 42 años, que trabaja en la empresa privada y prefiere que su nombre no aparezca en un periódico, aunque sea al otro lado del Atlántico, porque reconoce que tiene miedo a sufrir cualquier represalia. Un temor que ha interiorizado la tierra venezolana, pero que no ha sido suficiente para contrarrestar la marejada de votos que le dio una contundente victoria electoral a la oposición el pasado domingo.
Lo que no puede ocultar esta canaria venezolana es la “enorme felicidad” que siente por el resultado electoral, que celebró junto a sus familiares más cercanos en su casa hasta altas horas de la madrugada, “con moderación”, matizó. “En la calle no se oían ruidos, pero sí había muchas luces encendidas en las casas”, nos comenta en una conversación mantenida con este periódico a través de las redes sociales. “Ahora miro el dedo meñique, con la marca de la tinta de votar, y me doy cuenta de que esto que vivimos ayer no fue un sueño”, concluyó.
El “sueño” del que habla esta ciudadana venezolana es el inicio de un nuevo ciclo, de un cambio político refrendado por una amplia mayoría de la sociedad venezolana. La oposición logró sumar el 68% de los votos, en unas elecciones que alcanzaron una participación histórica, de casi el 75% de los electores, 8 puntos por encima que en 2010. Este apoyo le ha valido, inicialmente, alcanzar 99 diputados a la Mesa de la Unidad, que podría llegar a la mayoría de dos tercios, es decir, 111 escaños, una vez termine el reparto de las 22 actas pendientes, frente a los 46 del Polo Patriótico.
Al cierre de esta edición, no se conocía oficialmente el destino de esos escaños, si bien en la tarde de ayer desde la oposición daban por hecho que contaban con al menos 112 diputados. Esto deja al alcance de la Mesa de la Unidad un alto poder de decisión en la Cámara venezolana y podría forzar cambios en el Ejecutivo, por los mecanismos que establece la Constitución.
Así las cosas, la convocatoria de un referéndum revocatorio contra el presidente del Gobierno entra en el horizonte próximo de la Mesa de la Unidad Democrática, junto con la aprobación de una amnistía para los presos políticos, tal y como anunciaron en una rueda de prensa ofrecida en la jornada de ayer representantes de esta alianza opositora en España, entre los que se encontraba el padre de Leopoldo López.
Mientras tanto, el Gobierno mantuvo ayer un discreto silencio, después de la aceptación pública que hizo el presidente de la derrota, que achacó a los efectos de la presunta “guerra económica”, seguido del número dos del chavismo, Diosdado Cabello, que se pronunció en términos similares. Si bien, cabe destacar que en ninguno de los dos casos felicitaron a los ganadores de la contienda electoral ni hubo un atisbo de autocrítica sobre la política que ha propiciado esta derrota tan contundente. Lo que hace prever que el camino del diálogo no va a ser el más transitado en esta nueva etapa.
La pareja de Leopoldo López, que se ha convertido en uno de los grandes iconos de la oposición, Lilian Tintori, mostró su incredulidad sobre las palabras del presidente Maduro y aseguró que si ha aceptado el resultado electoral fue por los observadores internacionales.