Año nuevo, nacionalismo nuevo

Qué curioso: todos los partidos fenecen por lo mismo: por la envidia. No siempre por las ideas, no por la financiación, no por otra cosa que por la envidia. Coalición Canaria está abocada a la liquidación. No insistiré en lo de Ana Oramas, que ya tuvo su ración el domingo pasado, aunque faltara el postre. Es preciso un congreso y que se produzca la renovación, pero la renovación de los jóvenes.

Lo peor de una sección semanal como esta es que las cosas se te quedan viejas de un día para otro. Las CUP han aplazado su decisión sobre Mas al día 4 de enero. ¿Esperan a los Reyes Magos? Que el soberbio Mas se haya arrastrado hasta quedarse sin barriga por el asfalto catalán es una vergüenza. Este tipo, si es presidente otra vez, habrá perdido hasta el currículo. Se habla de una multinacional catalana con sede en Canadá, una multinacional farmacéutica, que lo va a fichar, si las CUP no lo apoyan.

Otro que ha perdido su cortísimo currículo es Pedro Sánchez. Ya lo dije por activa y por pasiva; este tío no sirve, le queda grandísima la secretaría general, en la que no manda él sino su segundo, César Luena. Lo sabe todo el mundo. Luena es Manolito Gafotas, el personaje de Elvira Lindo, de la que por cierto acabo de leer un atinado diario sobre Nueva York y escrito en su Nueva York, en el último invierno que pasó allí.

Pablo Iglesias está ejerciendo de corderito lechal, hasta que alguien le diga algo. En realidad, Iglesias tiene 42 diputados porque los otros 19 son franquicias de Podemos. Y las franquicias no siempre se pliegan a los designios de las firmas. O sea, que Podemos tiene dentro de su barriga un polvorín de difícil manejo, porque hay en él muchos artificieros de la política. El Coletas tiene su techo, como lo tuvo Izquierda Unida. Es un comunista por otro, no es este un país para el comunismo libertario, a pesar de que la juventud está desencantada y desanimada, ante la indiferencia del PP.

Y así, desocupados lectores, transcurren estas entrañables fiestas, en las que nadie se pone de acuerdo, ni aquí ni allá. Les remito a un artículo publicado ayer por Juan-Manuel García Ramos en este periódico, en el que analiza la cuestión nacionalista en Canarias. Para no repetirme, lean ese artículo que es el mejor resumen de la situación. Él conoce el problema de fondo. Y desde el fondo. Nadie como Juan-Manuel para escribir lo que ha escrito. Año nuevo y nacionalismo nuevo. Que la renovación sea de verdad y no para dejar a alguien en el Congreso y que se jubile allí, en Madrid, calentita, cerca de las alfombras de La Zarzuela, porque a ella le encantan las recepciones. Es monárquica, como lo fue su tío Leoncio, de gratísimo recuerdo.

Ya digo que es preciso curar las heridas en CC, no cerrarlas más veces en falso, no dejar a los enemigos agonizantes; no hay que contratar a más venezolanos trincones sino hacer las cosas bien; no hay que mandar al mindundi de Efraín a la recluta de mindundis en un congreso de mindundis, que aquí nos conocemos todos, ya lo saben.
En fin, como ven ha sido un diciembre convulso y enero seguirá siéndolo, por las trazas que lleva la cosa. Si les digo la verdad, me encuentro agotado de tanto dime y tanto direte, de tanto sofoco, de tanta conversación y, sobre todo, de tanta declaración. Las ruedas de prensa -en España se celebran en un día más que en toda Europa en un año- son un horror, yo, sinceramente, las prohibiría por ley.

Ahora le toca actuar al rey. Si Rajoy no es capaz de formar Gobierno se lo encargará a Sánchez; que tampoco será capaz de hacerlo de una manera coherente, ni de obtener el permiso de sus barones. Y si todo ocurre como está previsto que ocurra iríamos, en mayo, a nuevas elecciones. Claro que yo me atrevo a decir esto con el riesgo de que mañana se arregle todo, que no creo. Tendríamos elecciones en España y en Cataluña, si a las CUP el día 4 les da por votar para empatar. Que ni chiquita mascarada la votación del empate. ¿Quién se lo iba a creer?

Pero a mí lo que más me interesa -que me interesa todo- es el congreso inevitable de CC. No le queda otro remedio al partido que convocarlo. Y que los jóvenes asuman su reto, el reto de la renovación. Porque lo de Paulino fue un quítate tú para ponerme yo. Y eso lo sabe todo el mundo.

Comprenderán ustedes que me haga falta cambiar de ambiente, por eso me he ausentado unos días de la isla, a ver si me recupero, que no creo. Voy a ser el mejor cliente del Inserso -¿o es Imserso?, nunca lo he visto escrito-. Este es mi destino. Este año me he propuesto sacar a pasear la perrita en zapatillas de cuadritos, con chándal, asomarme a las vallas de los pocos edificios en reformas por el agujero que yo mismo he abierto de manera insistente e ir a buscar el pan, calentito. Como ven ustedes, desocupados lectores, todo muy elegante. Digno de un caballero.