el entrenador personal

Año nuevo, vida nueva – Por Antonio José Gacía-Peñuela Castro*

Las Navidades conllevan excesos y el comienzo de año nuevos propósitos. Son muchísimas las personas que en enero se dan de alta en un gimnasio, empiezan a correr, a jugar al pádel, a cuidarse la alimentación, a seguir un régimen muy estricto… Realmente es una maravilla ver a la gente tan motivada y con las pilas cargadas de voluntad, pero a la hora de la verdad, ¿el método que utilizamos es el adecuado? ¿Estamos bien asesorados? ¿Vamos a cometer los mismos errores de años pasados en los que damos un giro de 360º a nuestro estilo de vida para luego acabar con conductas compensatorias y no alcanzar nuestro objetivo final?

En esta vida todo ha de ser progresivo. Hay que tener claro el objetivo final y marcarse objetivos; estos ayudaran a mantener la motivación. No hay que tener prisa, ni creer en rutinas ni dietas milagrosas. En primer lugar, si vamos a empezar una rutina en el gimnasio tenemos que ser conscientes de que hay que preparar a nuestro organismo para el entrenamiento que nos hemos marcado. Debemos empezar con una rutina de adaptación anatómica de aproximadamente dos semanas y media a un mes según el estado físico de partida. En este ciclo, vamos a preparar los puntos articulares, ligamentos y tendones para el posterior exigente entrenamiento que queremos llevar a cabo. Sea cual sea nuestro objetivo (pérdida de grasa, hipertrofia, tonificación…), siempre deberemos empezar de esta manera, partiendo desde lo general a lo específico. En segundo lugar, si lo que vamos a empezar es a salir a correr, debemos utilizar el mismo método. No podemos empezar de 0 a correr 15 kilómetros, ni a un ritmo muy elevado. Debemos realizar un buen calentamiento con trote suave, acompañado de movilidad articular e incluso algún estiramiento dinámico. Evitar las superficies del terreno duras, como el asfalto o por lo menos combinarlas con tierra, arena, tartán o césped nos vendrá mucho mejor. Esto se debe a que disminuiremos el impacto y el desgaste en rodillas. Y en tercer y último lugar, si lo que vamos a empezar es una dieta o régimen, hay que tener muchísimo cuidado. Hay que olvidarse totalmente de las dietas milagrosas. Únicamente van a producir cambios muy bruscos en la alimentación, algunas incluso te obligan a comer ocho veces al día, otras hiperproteicas que solo te dejarán comer pollo y brócoli… Señores, esto es una auténtica “magada”. Todas estas alteraciones, lógicamente van a producir cambios pero bastante más a nivel fisiológico, donde el desequilibrio va a ser brutal en nuestros órganos (hígado, riñones, intestinos…) y concluirá con un efecto rebote de caballo. Sean honestos con ustedes mismos, la operación bikini comienza ya, no a un mes de Semana Santa o verano. A esto hay que sumarle el déficit de nutrientes y micronutrientes, y es que podemos ahorrarnos caer en mil enfermedades y más aún en estas fechas de cambio de tiempo y frío. Un sencillo símil a tener en cuenta es que la comida al fin y al cabo es la gasolina y nuestro organismo el motor. ¿Qué pasa si no le pones gasolina al coche? Que en algún momento te puede dejar tirado, ¿ verdad? ¿Y si le pones aceite girasol irá igual de bien que si le pones Repsol? En el caso contrario, pasa exactamente lo mismo; si no usas el coche (tu cuerpo) y a todas horas le pones gasolina… llegará un momento que la gasolina saldrá casi hasta por el tubo de escape, no creen? En Worldtfitness no creemos en las dietas ni entrenamientos pasajeros sino en aquellos que promueven un estilo de vida. En este 2016 invierte en ti, invierte en salud.

*DIRECTOR DEPORTIVO UAX
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