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La Audiencia de Cuentas elogia el ahorro en la deuda pública canaria

No todo es un derroche de reproches en los informes de la Audiencia de Cuentas de Canarias sobre la Administración autonómica. En el de la fiscalización de la gestión de la tesorería y la actividad financiera del periodo 2011-2014, el órgano de control externo describe una situación “radicalmente diferente” a la de hace 13 años. Entonces, en 2002, un análisis sacó a la luz “diversas irregularidades y disfunciones”. Ahora se constata una “mejora ostensible”. En lo que respecta a los resultados concretos, la ACC elogia, por ejemplo, el ahorro en los intereses de la deuda pública. Los tipos de todas las emisiones del Ejecutivo regional han sido más bajos que la medias españolas y europeas.

La Audiencia ilustra la información con un cuadro en el que se visualiza la comparativa de los tipos de interés de la deuda pública por año: el 2% de la emisión del 20 de octubre de 2011, con vencimiento en la misma fecha de 2016, se ha reducido al 0,50% de la del 15 de diciembre de 2014, con el vencimiento programado para 2019. Entre estas hubo otras tres: 20 de diciembre de 2011 (2%), el 28 de noviembre de 2012 (2%) y el 2 de diciembre de 2013 (1,75%). El importe suscrito varió desde los 200 millones de euros hasta los 50 millones. Esta última cifra supone un descenso de 25 millones en relación a 2013.

Tras un minucioso rastreo con lupa, los auditores concluyen que la estructura, organización, funcionamiento y vigilancia interna de la tesorería de la Comunidad Autónoma reflejan “una fortaleza y calidad muy superiores a las de 2002”. De sus recomendaciones se deriva que los convenios de colaboración con las entidades de crédito y el Banco de España han favorecido, entre otros aspectos, la “verificación muestral de los movimientos internos” y la comprobación del “correcto ingreso de los rendimientos por depósitos de cuentas corrientes”. Junto a ello, la Audiencia menciona la implementación de sistemas informáticos “con un nivel de automatización que permitió la depuración, identificación y regulación de los apuntes pendientes de conciliación, de forma periódica y rápida”.
Aparte de poner nota, manda más tarea. Una consiste en distribuir los recursos entre los bancos en proporción a la rentabilidad ofrecida. Además, las órdenes de ingreso “deberían individualizarse por cada cuenta en función de los intereses que se liquidan”.