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Caliente, caliente

¡Cómo está el patio, señores! Alucino en colores porque no alcanzo a entender bien el porqué de este panorama. Internamente me debato entre el cambio climático o la llegada de Don Carnal como posibles respuesta a tamaño sofoco. ¿Han visto cómo está la situación? Solo hay que ver la telenovela en la que se han convertido los noticieros, nido de amantes furtivos, con declaraciones de amor u odio según pinte el ambiente. “Te quiero, coño”, por ejemplo, se le puede decir a alguien un día, para luego acabar por aparentar que apenas se le conoce, cosas de amantes, que es lo que pasa cuando se tienen muchos. También están las historias de los abuelos Cebolleta, que tanto se les ha ido la olla que ya no saben ni quienes son, o lo saben muy bien y nos tenían engañados. Y los jóvenes, ¡ay los jóvenes!, ellos son como son, que el amor de juventud es lo que es, variable, con las hormonas a flor de piel, y sí, es así, que si ahora no, ahora sí, que no tonto, no me pongas caras, que yo te amo con locura, pero es que… Ni el fútbol, aunque haya algún día en el que no ganan los de siempre, logra calmar las altas temperaturas. La gente está alterada, ¿no lo nota? Todo el mundo corre de allá para acá con la cantinela del estoy liado, hasta arriba, agobiado esta semana (y la que viene también, para qué engañarnos), ni para respirar tengo tiempo. Tanta es la saturación que nadie es capaz de leerse un puñetero email completo; imagínese ahora lo que puede ser que contesten (sí, esto ya es calentura personal, que lo tenía guardado). En resumen, un torrente de ígneas ocupaciones que solo se ve soliviantado por la continua llamada al consumismo, que comer hay que comer, y comprar, también. Pues esto y mucho más tiene caldeado al personal y a un servidor en este abrasador invierno. Yo creo que sucumbiré a la tentación de las próximas semanas en busca del frescor carnavalero, me enfundaré la peluca rubia, las mallas rojas, taconazos de igual color y a la calle. Ya lo cantaba la Carrá: “Hace tiempo que mi cuerpo / anda loco, anda suelto / y no lo puedo frenar”.

@cesarmg78