MÚSICA

Candelaria Rodríguez: “Hay que perder el miedo a la música clásica”

Candelaria Rodríguez, directora del XXXII Festival de Música de Canarias. / DA
Candelaria Rodríguez, directora del XXXII Festival de Música de Canarias. / DA

El peruano Juan Diego Flórez, uno de los tenores más importante del momento, y la Orquesta Filarmónica de Londres, también entre las mejores del mundo, son los protagonistas del doble concierto de apertura de la 32 edición del Festival de Música de Canarias, la única convocatoria cultural con presencia en todas las islas. El viernes actuaron en Gran Canaria y mañana, lunes, volverán a coincidir sobre el escenario del Auditorio de Tenerife. Candelaria Rodríguez, directora del certamen, habla aquí sobre el alcance del festival y una agenda con 48 conciertos en apenas un mes.

-¿Qué destacaría de la programación de este año?
“Se ha pretendido contar con una representación importante de cada cosa. Tenemos a la voz muy representada, también la dirección, con nombres muy importantes, y las agrupaciones sinfónicas. Un festival es aquella exposición de cosas a las que no tienes acceso de forma habitual. Y pese a lo limitado del presupuesto, congelado desde hace tres años, creo que hemos conseguido diseñar un programa muy completo y atractivo”.

-¿La dimensión puntera del festival está en consonancia con el interés que despierta la música clásica en Canarias?
“Está a la par. Las cifras de asistencia de espectadores así lo confirman. Vale que hay artistas, como podría ser Madonna, capaces de reunir 40.000 personas en un solo concierto, pero solo traerla costaría más de dos millones de euros. Nosotros atraemos ese mismo público pero con 48 conciertos en ocho islas, y con 1,3 millones de presupuesto. Desde luego que hay interés en Canarias por este tipo de música. De hecho, de los seis conciertos previstos en el Auditorio de Gran Canaria, tres tienen las entradas agotadas desde hace días. En Tenerife la demanda también es altísima, del 70 u 80%”.

-¿Qué representa más dificultad, diseñar tan amplia programación o equilibrar la actividad entre provincias e islas?
“Programar si acaso, ya que el pleito insular aquí no cabe. La programación de Gran Canaria y Tenerife son exactamente iguales. En realidad, nosotros hacemos tres festivales, el de Gran Canaria, el de Tenerife y el que gira por el resto del Archipiélago, pese a que las infraestructuras no son las mismas en todas las islas. No hay problema ni discrepancias en este sentido. Un año se inaugura el festival en una isla, al siguiente en otra. Este es un Festival de Canarias y estamos en todas las islas, incluida La Graciosa, donde esta vez se han programado dos conciertos”.

-¿Qué responde a los que piensan que este festival es elitista, dirigido a un público exclusivo?
“En absoluto estoy de acuerdo. La música, el arte, la cultura no entienden de clases sociales. La música de calidad, de cualquier tipo de género, es patrimonio de todos. Ese es el principio bajo el que nosotros programamos. Otra gran mentira es que es carísimo. Los precios van de los 15 a los 90 euros, por debajo de cualquier acontecimiento similar de los que se celebran en la Península. En cualquier caso, hay quien paga 500 euros por ir a ver a AC/DC a Barcelona, ¿eso también es elitismo?”.

-Una de las novedades de esta edición son los conciertos gratuitos de los Niños Cantores de Viena en las catedrales de Las Palmas y La Laguna…
“El fin es difundir el mensaje de que la calidad es para todos; hay que perder el miedo a la música clásica. Y qué mejor que hacerlo con un grupo del atractivo de los Niños Cantores de Viena. Es una manera de acercar el festival a la gente, a pie de calle”.

-Frente a los 1,3 millones de presupuesto, ¿qué retorno económico tiene el festival?
“En 2014, que vino la Sinfónica de Chicago, una de las tres mejores orquestas del mundo, fue un éxito aplastante e ingresamos unos 670.000 euros en taquilla. En 2015, el del 30 aniversario y con la presencia del director italiano Riccardo Muti, se trajeron más orquestas e hicimos más conciertos, pero se recaudaron 200.000 euros menos. La conclusión es que, cuanto mayor es el reclamo, aunque sea caro, mayor es el retorno económico y mediático. Con la Sinfónica de Chicago se habló de Canarias en medio mundo. Tenemos recortes de prensa incluso de China y Corea. Por eso este año hemos vuelto a los grandes nombres, como Juan Diego Flórez, la Sinfónica de Londres o la Orquesta del Festival de Budapest”.

-Un festival como este sin el apoyo del dinero público, ¿sería materializable en Canarias?
“Si consiguiéramos un número importante de patrocinadores, sería viable. Pero hay que tener en cuenta que este festival nació en el seno del Gobierno de Canarias, casi al mismo tiempo. Están indefectiblemente unidos, de hecho, todos los Ejecutivos autonómicos lo han defendido. Nunca ha habido discusión al respecto”.

-Después de 32 ediciones, ¿qué capacidad de innovación le queda al certamen?
“Queremos que, cada vez más, el festival sea una plataforma para los músicos canarios. Ahí están los casos de Díaz-Jerez, gran pianista tinerfeño, que estrenó una obra junto a la Royal Philharmonic Orchestra. O el lanzaroteño Nino Díaz, que lo hizo bajo la dirección del maestro Gergiev. Este protagonismo local es nuestro principal propósito, junto con mantener, por supuesto, la condición de referente internacional”.

-¿Se han planteado la posibilidad de abrir la programación a otros géneros musicales?
“Ya existen festivales de rap, de jazz, de rock… Nosotros contamos con más de 1.500 abonados con los que tenemos un compromiso que viene desde los orígenes del festival, con la música orquestal como protagonista. Me gustaría, eso sí, abrir un arco para la música contemporánea”.

-Usted lleva siete ediciones al frente del Festival. ¿Qué planes de futuro tiene?
“Este es un proyecto a largo plazo y todavía quedan objetivos que cumplir. Hemos plantado el árbol y ahora me gustaría que esas raíces terminaran de crecer”.