el charco hondo

Dominó

Colocadas sistemáticamente en hilera, formando figuras y mecanismos artificiosos, un leve empujón a la ficha inicial provocaría una serie de cambios en cadena, y sí, que sí, claro que sí, ese efecto dominó abriría un escenario diferente, un ciclo nuevo, un tiempo político inédito en Canarias. Es poco probable, pero posible, que PP y PSOE lleguen a un acuerdo en Madrid. Caso de alcanzarse, se desbloquearía la legislatura con un Ejecutivo en minoría presidido por Mariano Rajoy. El PP tendría el Gobierno, sí, pero los socialistas la llave de la gobernabilidad, fijando condiciones y quedando en sus manos la posibilidad de forzar la caída del Gobierno y la convocatoria, más adelante, de elecciones anticipadas. Siendo esto relevante (para según qué asuntos, Clavijo tendría que sentarse con los ministros, faltaría más, pero también con el grupo parlamentario socialista), la ficha última de la cadena es otra. El epicentro es otro. Si PP y PSOE alcanzan un acuerdo que permita echar a andar la legislatura se abriría una cultura de pactos distinta, también en Canarias. Si aprenden a pactar, y consolidan la fórmula en algunos ayuntamientos o comunidades, Coalición perdería la centralidad en las Islas -a esto me refería el martes pasado, querido-. Si PP y PSOE dan el paso, convirtiendo en algo absolutamente normal los pactos PP-PSOE -¿acaso en esto consistía la segunda transición?- entonces sí, que sí, claro que sí, se acabó que PP y PSOE bailen alrededor de Coalición, y así utilicen naipes doblados transversalmente la hipótesis de un Gobierno de Canarias PP-PSOE abandonará el mundo de lo innombrable para aterrizar en la normalidad parlamentaria. No pinta bien para Sánchez o Rajoy. Tampoco para Coalición. Si no echa a andar esta legislatura, otras elecciones pueden agujerear a CC, mala cosa; y si echa a andar es porque PP y PSOE han aprendido a pactar, peor aún, porque la centralidad que han ocupado en las Islas pasaría a formar parte de su pasado pluscuamperfecto.