el charco hondo

Efecto

Cuando populares y socialistas se sientan a hablar, y están sentándose, para dar con una fórmula que evite a ambos unas elecciones anticipadas, y están hablándolo, en un último intento de rescatar al bipartidismo de sus cenizas, y están intentándolo, cuando todo esto pasa, y está pasando, a nadie se le escapa, pero en las Islas a algunos se les está escapando, que la negociación que está promoviéndose, y se está negociando, conlleva que una serie de fichas vayan colocándose sistemáticamente en hilera, formando figuras y mecanismos artificiosos, de tal manera que basta con dar un leve empujón a la ficha inicial -y la inicial es que los socialistas se abstengan, abriendo la puerta a la investidura de Rajoy- para generar un efecto en cadena, provocando que todas las fichas, también en capitales de provincia o en comunidades autónomas, terminen cayendo, dando paso así a mayorías conformadas por socialistas y populares, ahora que con el susto metido en el cuerpo, ni contigo ni sin ti, empiezan a temer que o se abrazan o terminan de morir. Importando poco que los interlocutores designados por PP y PSOE utilicen cajas de cerillas, razones de Estado, naipes doblados transversalmente, urgencias de partido, presiones de los mercados o fichas de dominó, cuando populares y socialistas se sientan a hablar, y están sentándose, no es descabellado barajar la hipótesis de que, muy lejos de estar limitándose a hablar de Madrid, en el transcurso de dichas conversaciones hayan sacado un mapa de España para (ayúdame a ayudarte) configurar mayorías PP-PSOE en ayuntamientos o comunidades autónomas, matando dos pájaros de un tiro al abrir así las puertas a la gobernabilidad del país y al cerrar filas el bipartidismo por -dirán- sentido de Estado. Socialistas y populares no serán capaces de ponerse de acuerdo -eso creo-; pero, si lo logran, bastaría con dar un leve empujón a la ficha inicial para provocar un efecto dominó que también sacudiría al Gobierno de Canarias.