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Entre la zozobra y la esperanza

Hombre, a Coalición Canaria (CC) no le interesa que se celebren nuevas elecciones. Porque con los datos en la mano, Oramas no saldría elegida diputada. ¿Sabían ustedes que Paco Linares obtuvo en el Senado más votos que Ana Oramas y que Carlos Alonso en el Congreso? ¿Y que les ganó prácticamente en todos los pueblos de la isla de Tenerife? El verdadero líder de la isla tinerfeña es Paco Linares, si nos referimos al número de votos: sacó más de 55.500, por 51.000 de Oramas-Alonso. Una pena que no haya accedido al Senado.

Y en cuanto a lo otro, a lo de Madrid, es la primera vez en mi vida que el futuro vicepresidente, Pablo Iglesias Turrión, anuncie quién será “su” presidente, Pedro Sánchez. Algo insólito, fotografiado con los guerreros de San Luis detrás, ya saben: Vicky Rosell, el general José Julio, el esmirriado Errejón y toda la basca, incluida la gallega de origen tinerfeño Carolina Bescansa. Insólito: Pablo Iglesias puede formar Gobierno con Sánchez de presidente, pero quien propone y quien manda es el otro. Pobre PSOE, a dónde ha ido a parar. Con lo de Rajoy, que se hace a un lado, de momento, ¿a ver qué hace ahora Pedrucho si tiene en contra a todos los barones y a El País? Que ni chiquito pulso, compañero. ¿Serás capaz de cargarte al PSOE tú solito?

En medio de la gran confusión, un Rajoy más listo que el hambre, que amenaza con hacerse a un lado, de momento, y que se las arreglen los otros. Si se marcha a casa, que es lo que quieren Esperanza Aguirre y otros, la batalla la habrá ganado Sánchez, como la ganó Aznar con aquel reiterativo “váyase, señor González”. Y, mientras tanto, los jueces dale que dale: más imputaciones por lo de Bárcenas, que es el cuento de nunca acabar. Como si alguna vez se fuera a saber de dónde ha sacado Bárcenas, que está en la calle, tanto dinero. Jamás se conocerá el origen de la corrupción, no se molesten.

A lo mejor no hay que tenerles tanto miedo al PSOE, a Podemos y a los de la CUP, que quieren cortarle la cabeza a la Monarquía. Yo no he vivido nunca mejor que con la izquierda. Con la derecha me he sentido perseguido por impuestos injustos y exagerados y castigado con el látigo de la indiferencia. Jamás he disfrutado de una prebenda, jamás me han dado lo que le han dado a algunos de los de mi alrededor. Jamás han subvencionado los medios de comunicación que he creado. Más bien me han ignorado por completo. Por lo que puede que me alegre si llega un Gobierno de izquierdas, que a lo mejor afloja algo; digo yo. Aunque en mi condición de jubileta a poco voy a aspirar ya, a estas alturas.

Las cosas están muy revueltas, pero que muy revueltas en ese Madrid en el que ya no se habla de otra cosa que de un Gobierno que no existe. Excepto el de Podemos, en la sombra, con los citados y algunos más de la izquierdona catalana esa, tan antipática. Lo mejor para ellos: la Economía para ellos, la Defensa para ellos, la justicia (yo siempre la escribo con minúscula) para ellos. Todo para ellos, con tal de que el PSOE se rinda y abandone. Porque, en el fondo, Podemos no quiere gobernar, sino esperar. En cuatro años, asalto al poder. En estos días, el rey Felipe se está ganando, por fin, el sueldo, mientras su señor papá, el rey emérito, viaja por el mundo. A mí lo que me gustaría es ser rey emérito y viajar por el mundo, mientras el rastafari local de Podemos agarra la cartera de ministro de Estética, o ese del Pueblo y para el Pueblo, al más puro estilo Maduro. Vaya usted a saber.

Esto va camino de Venezuela. Allí hay ministros que duran 15 días, como una nueva ministra del Petróleo que nombraron, llegó a PDVSA, se asustó del pufo, entregó la cartera y dijo: “Conmigo no cuenten porque aquí ha habido mucha mamanza”.

Fíjense en lo confuso que está Rajoy que ha entrado en el engaño de un imitador de Puigdemont, con el que ha quedado para unas charlas y acaso unas copas en La Moncloa, porque ahora tiene todo el tiempo del mundo. Y eso que la emisora del engaño no quiso seguir la broma, porque Rajoy hubiera cantado de lo lindo. Menos mal que ayer espabiló y se dio cuenta de que con Sánchez no podrá llegar a nada. Y, miren por dónde, González, Guerra, Rubalcaba, Corcuera, Leguina, El País, etcétera, los viejos rockeros sociatas, son los que van a salvar a España, borrando de la secretaría general a Sánchez, un suponer.
Están todos muy nerviosos. Incluso está nervioso El País, que ya editorializa contra el pacto PSOE-Podemos, aunque pone como solución que Rajoy, como Mas, dé un paso a un lado. Que sea otro/otra quien negocie. Y esto puede pasar al final. Vamos a ver lo que dice el Comité Federal socialista a final de mes, antes de que empiece el Carnaval. El baile, digo. Por cierto, cómo se parece el editorial de El País de este viernes al de DIARIO DE AVISOS del domingo antepasado. Nuestro periódico bordó la situación.

Si les digo la verdad, ya no sabe uno qué pensar cuando ve, en ese Fitur, a tanto concejal barrigudo viajar a costa del erario de su pueblo para presentar aplicaciones de móviles o un folleto que ha dado ya mil veces la vuelta al mundo, más veces que Phileas Fogg. Patético. Fitur no es una feria de turismo sino una feria de las vanidades. Siempre fue así, lo que ocurre es que en época de opulencia no llamaba tanto la atención. Ahora chirrían bastante.

Cuando escribo ya hay Gobierno de Podemos; menos mal. Ahora falta el Gobierno del PSOE, el Gobierno del PP y hasta el Gobierno de Ana Oramas.

Hacen falta muchos gobiernos en este país para que se acabe de caer del todo. Mucha gente de la derecha -como yo-me ha dicho que se alegra del fracaso de Rajoy. Claro, es que el gallego nos ha tupido a impuestos, nos ha destripado en beneficio de Europa y él dice que de nosotros mismos, después de la mala herencia de Zapatero. Pero hasta los empleados de los comercios temen a Podemos. Una dependienta: “Mi marido me ha llamado, asustado, diciéndome que nos quedaremos sin trabajo”, me dice una chica muy educada en unos grandes almacenes. “No te preocupes”, le digo, “al final alguien pondrá cordura en este dislate”, le respondo. Y así lo creo.

Este Sánchez, para mí, es mucho más tonique que ZP, que ya es decir. ¿Y entonces, qué hacemos? Ya nadie habla de nuevas elecciones, que no interesan ni al PSOE, ni a CC. El guapito del PSOE se cree el rey del mambo, pero es el otro, el Coletas, quien le organiza el Gobierno. No sé, yo sigo con el tranquimazín, por si acaso.