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El escándalo que quedó en nada

El duelo de vuelta de la eliminatoria de ascenso llenó de tristeza las gradas del Rodríguez López. / S. MÉNDEZ
El duelo de vuelta de la eliminatoria de ascenso llenó de tristeza las gradas del Rodríguez López. / S. MÉNDEZ

El 14 de junio de 2012, Orlando Quintana, por aquel entonces portero de la SD Ponferradina, aseguró haber recibido una llamada, justo antes de la eliminatoria que tenía que enfrentar al equipo de El Bierzo con el CD Tenerife, en el que se le ofrecía la posibilidad de entregarle una cantidad de dinero a cambio de facilitar la victoria de los blanquiazules. Comenzaba así uno de los más recientes esperpentos del fútbol español.

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Juan Carlos Rivero, periodista de Televisión Española, fue el primero en destapar el supuesto caso. “La Ponferradina recibe una llamada. Una mala llamada. Las malas artes de algunos no tienen fin. Y luego reclaman juego limpio. Los buenos porteros siempre detienen los malos disparos. En el Bierzo hay un buen ejemplo. Ahora…que gane el mejor”, fueron los tuits publicados por Rivero, que luego, cuestionado por dicha red social, eludió en todo momento manifestarse acerca del caso y si la supuesta llamada había llegado de la Isla. Con el asunto en boca de todos, el consejero delegado de la Ponferradina Eduardo Domínguez indicó a Efe haber hablado con Orlando Quintana, que decía haber recibido la llamada sin dar datos claros de la misma en lo que se refiere al autor de dicha comunicación. El portero grancanario dijo “no identificar” a la persona que lo había llamado y Domínguez advirtió que creía que “nadie del CD Tenerife” había hecho aquel ofrecimiento.

El caso es que solo tres días más tarde, en El Toralín, la Ponferradina se impuso por 1-0 a los chicharreros en la ida de la eliminatoria definitiva de ascenso a Segunda. El partido en el Heliodoro era vital. Con un estadio a reventar, los visitantes se adelantaron en el marcador en el minuto 49 gracias a un penalti de Yuri que, añadiendo más leña al fuego, celebró el tanto haciendo el gesto de hablar por teléfono, en clara alusión a la famosa llamada, a pesar de que días antes tampoco había querido asegurar que la llamada llegara desde Tenerife. El posterior gol de Didac hizo inútil el tanto de Kiko Ratón, dejando a los tinerfeños una temporada más en Segunda B. Para colmo de males, un importante grupo de aficionados saltó al césped al término del encuentro lanzando objetos a la afición visitante. Uno de esos objetos impactó en la cabeza de la hija de José Fernández, presidente de la Ponferradina, teniendo que ser atendida por las asistencias médicas. Del mismo modo que aquella fue una semana sumamente convulsa, con acusaciones veladas pero siempre sin ofrecer datos claros, sorprendentemente, el caso dejaría de estar de actualidad, posiblemente por la gran decepción que supuso que el CD Tenerife no lograra el codiciado ascenso.

Orlando Quintana, el principal protagonista, siendo ya jugador del Real Oviedo, tuvo que acudir a los juzgados de aquella ciudad a declarar acerca de todo lo ocurrido un año más tarde. El Tenerife siempre peleó, y pelea, por mantener limpio su nombre, en un caso que no se ha cerrado.

Deportivamente, tinerfeños y bercianos consiguieron el necesario ascenso a Segunda División y El Toralín vivirá el próximo domingo un nuevo capítulo de una rivalidad en la que aún sobreviven varios de sus protagonistas, como Yuri de Souza, que sigue siendo referente atacante de la Ponferradina, o Acorán Barrera, tinerfeño, pieza básica del club de El Bierzo.