SANTA CRUZ

Luis Celso: el alma de un barrio

Luis Celso, encabezando con otros vecinos una manifestación en Añaza, siempre en pro de mejorar el barrio. / SERGIO MÉNDEZ
Luis Celso, encabezando con otros vecinos una manifestación en Añaza, siempre en pro de mejorar el barrio. / SERGIO MÉNDEZ

La calle era el espacio en el que Luis Celso, dirigente vecinal de Añaza fallecido en 2014, convocó en ocasiones a los habitantes del barrio santacrucero para clamar por sus derechos y la mejora de sus servicios públicos. Un año después de su muerte, quien fuera uno de los líderes ciudadanos más activos de la capital tinerfeña será honrado precisamente en la calle escenario de aquellas recordadas manifestaciones. La hoy avenida de Añaza se llamará de Luis Celso García de Guadalupe.

Mañana, a las 17.00 horas, el Ayuntamiento, que en marzo de 2015 aprobó en su Pleno la concesión de este reconocimiento, descubrirá una placa que da nombre a esta vía, a iniciativa de más de 500 firmas de vecinos y colectivos ciudadanos, encabezados por aquel del que fue su secretario, primero, presidente, luego, y colaborador, siempre: la Asociación 8 de Marzo de Añaza.

“Mi padre nació para la lucha social, la llevaba dentro de sí; al punto de que desde pequeño se involucró en ayudar a las familias más necesitadas, a los que no tenían hogar”, recuerda su hijo José Samuel García Herrero, que confiesa haber heredado de su padre los valores de la justicia social y la preocupación por mejorar las condiciones de vida de la comunidad mediante la participación ciudadana.

Luis Celso falleció en diciembre de 2014. / DA
Luis Celso falleció en diciembre de 2014. / DA

Hijo de un trabajador de la refinería, donde Luis Celso trabajó también, el histórico líder vecinal abanderó desde la Asociación 8 de Marzo numerosas reivindicaciones; unas, logradas, como el servicio de guaguas, los colegios, la iluminación pública, la apertura de un centro de Urgencias del Servicio Canario de Salud (inaugurado cuatro meses después de su muerte) o una oficina de Correos; y otras aún pendientes, como el inconcluso parque marítimo del barrio, así como una Universidad Popular para formar a los jóvenes y a los parados del barrio.

Fue esta, la lucha contra el desempleo y la atracción de inversiones al barrio que crearan trabajo, a la que siempre consagró sus esfuerzos. De hecho, una de sus iniciativas más significadas fue la puesta en marcha de una Asociación de Parados, y de hecho, él mismo, empleado de una constructora, sufrió las consecuencias del desempleo en los últimos años de su vida.

Nació en 1956 en Santa Cruz de Tenerife, hijo de María Teresa Guadalupe y José García. Fue el primero de nueve hermanos, y vivió su infancia en la barriada de la CEPSA. El legendario puntal de lucha canaria Pancho Camurria fue su padrino, ya que era muy amigo de la familia. Con apenas 16 años entró a formar parte del Partido Comunista de España (PCE), a cuyos dirigentes les sorprendía aquel activo adolescente que iba a sus asambleas. En 1970 se inició en el movimiento ciudadano, aprovechando las primeras asociaciones permitidas en la dictadura franquista.

Estudió en la Universidad Laboral de La Laguna y se formó en prevención laboral. En 1984 presidía la Asociación de Vecinos Buenos Aires-Los Gladiolos. De 1991 a 1995 fue responsable del sector de la construcción en el sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.) y negoció convenios provinciales con la patronal de este sector, Fepeco. Trabajó en Bricansa como jefe de prevención hasta que quedó en paro en el año 2008.

A su hijo le atrae también el movimiento vecinal, primero en la asociación de vecinos de Azorín y luego colaborando en la de 8 de Marzo y con el grupo Añaza Participa, pese a que reside ahora en Los Realejos.

Activismo desde joven
Los ojos de José Samuel reflejan la emoción de evocar cómo su padre, desde muy chico, “iba a las manifestaciones y mis abuelos tenían miedo de que le pasara algo malo por ese activismo, debido a la convulsa situación del país en aquel momento, hasta el punto de que su hermana Mari le consiguió un trabajo en el hotel Girasol, de Puerto de la Cruz, para sacarlo de ese ambiente, y allí llegó a aprender varios idiomas”, relata José Samuel.

Pero Luis Celso, incansable en su empeño, nunca abandonó sus ideales políticos y su fe en mejorar el mundo que le tocó vivir. “Fue un hombre que nunca quiso privilegios y que sacrificó su tiempo personal en favor de mejorar la vida de los demás, algo que siempre yo comprendí”, se sincera su hijo, quien se propone ahora mantener la memoria de quien a él le dio el ser y que ya es parte inseparable de la historia de Añaza. Un barrio del que fue, y seguirá siendo, su alma.

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El hijo del homenajeado prepara un libro sobre su vida

José Samuel García Herrero, hijo de Luis Celso (en la foto, en la avenida de Añaza que llevará el nombre de su progenitor), está ahora volcado en la elaboración de un libro sobre su padre, una obra en la que está recabando testimonios de dirigentes vecinales, políticos y amigos del homenajeado, así como documentos, escritos, noticias y fotos de toda una vida dedicada a la mejora de su ciudad y su barrio. Fiel a los valores altruistas que heredó, quiere que los posibles beneficios de esta publicación se dediquen a la lucha contra el cáncer, la única batalla que, finalmente, no pudo ganar su padre. / SERGIO MÉNDEZ