a contracorriente

Mujeres que mandan – Por Enrique Arias Vega

Durante más de una década, la actriz y presentadora Oprah Winfrey ha sido considerada el personaje más influyente de la televisión norteamericana y líder en la creación de opinión.

No sólo ella marca la pauta de muchas conductas. A un nivel más modesto, las mañanas televisivas de España están conducidas desde hace bastante tiempo por tres mujeres: Ana Rosa Quintana, Susanna Griso y Mariló Montero.

Este panorama de poderío femenino en el mundo occidental contrasta, evidentemente, con el papel subordinado de la mujer en Oriente, sobre todo en los países musulmanes, donde éstas apenas ocupan un degradante papel intermedio entre las personas (los varones) y los animales.

Pero la televisión, esa gigantesca maquinaria colectiva de comunicación y de creación de estereotipos, hace tiempo que está proyectando una imagen positiva (y poderosa) de las féminas hasta en los rincones donde son más explotadas y marginadas por el brutal machismo rampante.

A ello colaboran masivamente las teleseries con mujeres al mando, como en los programas policíacos Medium, Castle, The Closer, El cuerpo del delito… y aquellas otras en las que ocupan un papel estelar: The Good Wife, Caso abierto, Imborrable, Rizzoli & Isles…

Esa exhibición de poder femenino, de protagonismo de quienes lo ejercen y de eficacia de sus acciones resultan más contundentes y efectivas que cualquier prédica igualitaria y bienintencionada que no va más allá de la retórica.

Si el mundo real en Occidente está protagonizado por mujeres que muchas veces demuestran ser más capaces y más resolutivas que los hombres, bien está que la ficción televisiva recoja esa realidad. Admitiéndolo en la pantalla, a los varones más recalcitrantes no les quedará otra que aceptarlo también en la realidad.