Las otras víctimas del genocidio nazi: mujeres, niños, y gitanos

Durante la Segunda Guerra Mundial, unos seis millones de judíos fueron sistemáticamente apresados y exterminados. / PIXABAY
Durante la Segunda Guerra Mundial, unos seis millones de judíos fueron sistemáticamente apresados y exterminados. / PIXABAY

Durante la Segunda Guerra Mundial, unos seis millones de judíos fueron sistemáticamente apresados y exterminados. Pero además de a los judíos, los nazis persiguieron a otros grupos y asesinaron a sintis y romaníes (gitanos), presos políticos, homosexuales, personas con discapacidad, cristianos, testigos de Jehová o prisioneros de guerra soviéticos.

Entre los objetivos de los nazis se encontraban también las mujeres, tanto judías como no judías, que eran a menudo objeto de una persecución brutal, así como los niños, que fueron utilizados en muchos casos como ‘cobayas humanas’.

Las mujeres, especialmente las que tenían hijos pequeños, eran a menudo las primeras en ser “seleccionadas” para su asesinato por gaseamiento en los campos de exterminio, según explica el Museo Estadounidense Conmemorativo del Holocausto (The United States Holocaust Memorial Museum).

De hecho, algunos campos y ciertas áreas dentro de los campos de concentración eran designados específicamente para ellas. Así, en mayo de 1939, los nazis abrieron el campo de Ravensbrueck, el campo de concentración más grande creado para mujeres. Más de 100.000 pasaron por él hasta la liberación en 1945.

En 1942, otro campo de mujeres fue creado en Auschwitz (donde las primeras prisioneras eran las mujeres deportadas de Ravensbrueck), y otro más fue abierto en Bergen-Belsenen en 1944.

En los guetos y los campos de concentración, los nazis utilizaban a las mujeres para realizar trabajos forzados. Además, los médicos del régimen nazi a menudo ‘usaban’ a mujeres judías y gitanas para experimentos de esterilización y otras investigaciones, como la esterilización con rayos X, o con preparados químicos.

Y también eran particularmente vulnerables al acoso y la violación. Las mujeres judías embarazadas a menudo trataban de ocultar sus embarazos o eran forzadas a hacer abortos.

MÁS DE UN MILLÓN DE NIÑOS ASESINADOS

Los niños fueron víctimas especialmente vulnerables de los nazis. Se calcula que más de un millón de ellos fueron asesinados bajo el gobierno de Adolf Hitler en Alemania y en la Europa ocupada.

Tras la ‘selección’ que se hacía en los campos de concentración, la mayoría de los niños eran enviados directamente a las cámaras de gas. También hubo fusilamientos de niños por las SS y fuerzas policiales en Polonia y la Unión Soviética, relata el United States Holocaust Memorial Museum. Además, en los guetos, muchos pequeños murieron por falta de comida, ropa y vivienda, ya que los nazis consideraban que no eran productivos.

Y al igual que ocurrió con las mujeres, otros fueron víctimas de experimentos médicos. Destaca en este sentido el médico militar Joseph Mengele, conocido también como ‘el ángel de la muerte’ que tenía obsesión sobre todo por niños prisioneros gemelos, que eran seleccionados y ubicados en barracones especiales.

Mengele buscaba a los menores en cada transporte de prisioneros que, hacinados en vagones de ganado, llegaban a diario desde toda Europa, para apropiarse de sus vidas en experimentos genéticos.

Para él no eran seres humanos, sino “simples objetos cuyos cuerpos vivos le aportaban conocimiento, material para investigar, mutilando sus miembros en el nombre de una ciencia a la que, a la vez, insulta mediante el desprecio a la humanidad”, según recoge el libro ‘Mengele, la aberración de la medicina’.

Durante la Segunda Guerra Mundial, unos seis millones de judíos fueron sistemáticamente apresados y exterminados. / PIXABAY
Otras víctimas del exterminio nazi fueron los polacos y otros eslavos, a los que el régimen de Hitler veía como seres inferiores. / PIXABAY

EL GENOCIDIO DE LOS GITANOS

Los roma (gitanos) estaban igualmente entre los grupos elegidos por razones raciales para ser perseguidos por el régimen nazi y la mayoría de sus aliados. Los nazis consideraban a los roma “inferiores racialmente” y su destino era en algún sentido paralelo al de los judíos.

Aunque no se sabe con precisión cuantos roma murieron en el Holocausto, los historiadores calculan que los alemanes y sus aliados mataron entre el 25 y el 50 por ciento de todos los gitanos europeos. Así, de los aproximadamente un millón de roma que vivían en Europa antes de la guerra, aproximadamente 220.000 murieron.

Y es que las interpretaciones de las Leyes de Nuremberg de 1935 (que definían a los judíos por sangre) fueron luego adaptadas para incluir a los roma en el genocidio.

Así, los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) mataron a decenas de miles de gitanos en los territorios orientales ocupados por los alemanes. Además, miles de ellos fueron asesinados en los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau, Chelmno, Belzec, Sobibor, y Treblinka. Los nazis también encarcelaron a miles de roma en los campos de concentración de Bergen-Belsen, Sachsenhausen, Buchenwald, Dachau, Mauthausen, y Ravensbrueck.

Igualmente, los gitanos europeos sufrieron las deportaciones. Según el United States Holocaust Memorial Museum, alrededor de 2.500 roma fueron deportados a Polonia en abril y mayo de 1940. La mayoría fueron privados de comida y murieron como resultado del trabajo forzado. Los que enfermaban o quedaban incapacitados fueron fusilados.

Otros 5.000 fueron deportados al gueto de Lodz, establecido por los nazis en la Polonia ocupada, donde fueron detenidos en un área separada. Los que sobrevivieron a las terribles condiciones impuestas en el segundo gueto más grande después del de Varsovia, fueron deportados al campo de exterminio de Chelmno, a unos 70 kilómetros de Lodz, donde murieron en camiones de gas. Los médicos nazis también usaban prisioneros romani en los experimentos.

OTRAS VÍCTIMAS

Otras víctimas del exterminio nazi fueron los polacos y otros eslavos, a los que el régimen de Hitler veía como seres inferiores; y los prisioneros de guerra soviéticos, que recibieron un trato especialmente brutal –se calcula que más de tres millones murieron durante las operaciones de los Einsatzgruppen (equipo móvil de matanza) y durante su encarcelación en campos de prisioneros de guerra o campos de concentración–.

Pero además los nazis encarcelaron a los líderes de la iglesia cristiana que se oponían al nazismo, así como a Testigos de Jehová que se negaban a saludar a Adolf Hitler o a servir en el ejército alemán (Wehrmacht).

A través del programa de ‘Eutanasia’, los nazis asesinaron individuos considerados “incapacitados” mental o físicamente y también persiguieron a homosexuales masculinos, cuya conducta “impura” era considerada un obstáculo a la preservación del pueblo alemán.

Todo un escenario de horror que, en palabras del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, es “un poderoso recordatorio de lo que puede ocurrir cuando dejamos de percibir nuestra humanidad común”.

Por desgracia, actualmente en todo el mundo sigue habiendo personas que continúan sufriendo discriminación y ataques, “y millones de ellas tienen que huir de la guerra, la persecución y las privaciones”, añade el máximo representante de Naciones Unidas.