Seguramente me habrás oído hablar de la importancia de los otros, de las personas de nuestro entorno, de aquellas que comparten nuestro día a día. Empezando por nuestra familia y terminando por nuestros compañeros de trabajo o conocidos, en nuestras vidas. Así recorremos el amplio abanico de personas con las que compartimos momentos únicos e irrepetibles. Sin duda alguna son componentes fundamentales en nuestra expresión como persona.
Más relevancia adquieren aún si hacemos caso a un estudio publicado por la Universidad de Málaga que plantea que el sentirse vinculado a las personas significativas de tu entorno, el poder saber que tu mundo social está ahí y te apoya, es el mejor pilar para luchar contra la tristeza y la apatía que genera el paro.
Hablar de paro en la gran mayoría de las ocasiones es hablar de soledad y, sin duda alguna, de una situación altamente estresante. El CIS lo sitúa ya como el elemento de mayor preocupación de las personas. Es una vivencia única que conlleva un alto impacto en nuestras vidas. Lo experimentamos y vivimos como una situación traumática que nos hace pensar que nos salimos fuera del mundo, que no encajamos en esta sociedad en la que necesitamos sentir que aportamos a su construcción. Esto hace que, poco a poco, vayamos perdiendo redes de apoyo social debido a que disminuyen nuestras oportunidades para relacionarnos ya que nuestro mundo está diseñado para responder a una realidad laboral y, además, comenzamos a desvincularnos de grupos. Simplemente nuestra mente nos empieza a decir que no encajamos en determinados entornos y nos alejamos.
Este estudio nos plantea que un elemento esencial a potenciar como pilar protector de nuestra autoestima y potenciador de nuestra autoeficacia son nuestras redes de apoyo social, puesto que nos generan menos inseguridad y miedo ante esa situación desconocida a la que nos enfrentamos. Ello hace que disminuya la probabilidad de padecer depresión y ansiedad.
Sin duda alguna el papel transformador que juega en nuestra vida la construcción de redes sociales y entornos enriquecedores en la vida de las personas es un indicador fundamental de salud. Por eso es prioritario generar recursos destinados a potenciar la pertenencia a grupos de formación y construcción personal, donde las personas en situación de desempleo puedan sentirse parte activa de un todo. Es imprescindible en la reducción de la angustia psicológica de las personas cuando atraviesan por un momento tan duro y despersonalizante como es una etapa de desempleo.
*PSICÓLOGO Y MIEMBRO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PSICOLOGÍA POSITIVA
@jriveroperez