Hay varias razones para que dos mil dieciséis sea fecha propicia para celebrar actividades relacionadas con la naturaleza en la isla de El Hierro. Se cumplirán cien años de la aprobación, en 1916, de la Ley de creación de Parques Nacionales en España en tiempos del rey Alfonso XIII. También cinco años de la erupción volcánica submarina en el Mar de las Calmas, frente a La Restinga. Como bien saben las emociones del dios Neptuno hicieron que pincharan con su tridente el lecho marino de una zona de la isla de los bimbaches que estimuló al dios Vulcano. Se pusieron de acuerdo para combinar agua y fuego creando un volcán que irrumpió de manera singular frente a las costas canarias que bañan las laderas del Julan (El Hierro), donde habita la memoria volcánica de Los Lajiales, vomitando lavas, piroclastos y gases, creando una fragua submarina espectacular. Incluso tuvo lugar un conjuro mundial de poetas que evocaron la “llama silenciosa” de la isla en una noche muy especial, la del 29 de febrero de 2012, que nos hizo llegar entonces las voces poéticas de Eduardo Galeano y de Thelvia Marín, amigos latinoamericanos de Canarias y muy ligados a la prosa y a la poesía de habla hispana. En el océano Atlántico los dioses romanos copiaron al dios Tangaroa que “iluminó” al gobierno de las Islas Cook para que donara a la comunidad internacional y para beneficio de la humanidad, la isla Manuae, de más de dos mil hectáreas y situada en el océano Pacífico sur. Fue con ocasión de una Conferencia Internacional celebrada en 1975 en Tokio para tratar de Parques y Reservas marinas.

Ahora los dioses romanos han acordado generar un nuevo sistema natural inédito en la historia marina de Canarias, de España y de la misma Europa. Está localizado en el océano Atlántico medio y asociado a emanaciones gaseosas submarinas volcánicas. Quizás sería buena oportunidad, con permiso de la autoridad competente, dar a conocer en El Hierro, con ocasión del VI Congreso Mundial de la Naturaleza (CMN), que tendrá lugar en la primera quincena de septiembre en Hawái y organizado por la UICN, , la propuesta del futuro Parque Nacional submarino del Mar de las Calmas. La he incluido a nivel personal en un libro de imágenes, El Hierro submarino. Son fotos luminosas del bioma que vive en las aguas marinas de El Hierro, que fueron captadas de manera magistral por la óptica fotográfica de tres jóvenes del valle de Taoro, Francis Pérez, Eduardo Acevedo y Sacha Lobenstein, buenos conocedores de los fondos de los mares herreños.