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Simplificar

Empezamos el 2016 anunciando desde el Gobierno canario el impulso para “simplificar”, lo que en la calle conocemos como la “maraña administrativa”, y que no es otra cosa que la estructura normativa y de gestión que tenemos en Canarias y que se ha acabado convirtiendo en el principal obstáculo para desarrollar cualquier actividad económica sobre el territorio. Cobra virulencia en un momento donde, saliendo de la crisis, no podemos manejar la “maraña” en “tiempo y dimensión económica”. Que nuestro actual presidente de Gobierno haya sido el único alcalde de Canarias, que puso en su municipio, operativa la Bolkestein, en el minuto cero, enero de 2010, es el mejor aval para darle solvencia a la operación. Aún a la fecha, el grueso de nuestros municipios se opone a operar con la Bolkestein, en plena vigencia junto a su legislación de desarrollo. A valorar los conflictos para simplificar, va nuestro artículo.

Primer conflicto: La Bolkestein. Se conoce con el nombre del comisario Europeo responsable de la Normativa de Liberalización de Servicios, que consolida Europa en diciembre de 2009 y aprobó con carácter de aplicación directa con efectos vinculantes a 1 de enero de 2010. España acomodó su legislación a esa fecha, al igual que La Laguna en Canarias. La finalidad última de la misma no es otra que colocar a Europa en la competencia de un mundo globalizado. La Bolkestein obliga a simplificar, unificar a nivel nacional los mercados y sus normas y para los actos ejecutivos confirma la técnica del acto comunicado y el silencio positivo con carácter general y ordinario. Traslada con ello la responsabilidad al operador externo a la Administración, con lo que ello implica de reducción de costes y tiempos. Lo que ha pasado es que las autonomías se han enfrentado al proceso legal, desconfigurando las leyes desde sus Parlamentos o sencillamente a nivel administrativo, ignorando las mismas. La Ley de Inversiones Estratégicas del 2015, la última Ley de Armonización y Simplificación de enero de 2014, las sucesivas modificaciones de las Leyes Turísticas (2013-2015) o el mismo Decreto de Viviendas Vacacionales (mayo 2015), son normas situadas negando la Bolkestein, al igual que las Moratorias, o la Ley de Medidas Urgentes. Al incumplir la Legislación Básica, se pierden todos los pleitos. Ya nos han caído 167 millones de euros en reclamaciones patrimoniales, y los que vienen.

Segundo conflicto: El marco político. Las dificultades del presidente para mandar contra los suyos no son sencillas. Ni siquiera en el entorno político canario, donde la reacción tradicional al conflicto se resolvía incrementando la norma. El clamor de la sociedad civil y la parálisis económica de la “maraña” obligará a resolver. Tan importante como el contenido material de la norma es la claridad de los objetivos políticos que la soportan. Ya no vale decir que Madrid no nos deja, cuando la realidad es la contraria. Para simplificar lo primero que debe asumirse es cumplir con la Ley, y lo segundo políticamente, es ponerse al servicio del ciudadano. Trasmitir ello con confianza resuelve la mitad del problema. Hay que hacer leyes sencillas y claras para todos, al margen de las lógicas presiones de los lobbies hoteleros y de la construcción, tan cercanos al poder. Con transparencia, ya hay ley canaria, será mejor para todos.

Tercer conflicto: Cómo simplificar. El problema técnico es sencillo e implica en origen asimismo tres bases de partida. Asignar competencias únicas por nivel, Gobierno, cabildos, ayuntamientos. Integrar los contenidos ambientales para evitar duplicidad de trámites y asumir la Bolkestein, que es de obligado cumplimiento. La Comisión redactora sólo está formada por abogados. En la Ingeniería Técnica efectiva de la Simplificación, hay un gran campo de conocimiento urbanístico sin cuyo concurso es difícil resolver. Con todo ello, el sistema puede reducir, mejorando la seguridad técnica urbanística y ambiental, los plazos de tramitación en el 60% y reducir a su vez en el 80% las funciones actuales de la Cotmac, al trasladar las competencias a nivel insular y municipal.

Cuarto conflicto: Llegó Internet.La administración virtual está en sus inicios. Salvo las inercias, nada impide que en unos años todas las tramitaciones sean por Internet. Ello exige simplificar. El nuevo canal hará eficaz el acto comunicado y el silencio positivo, multiplicará los emprendedores del sistema y abrirá la vía a nuevos negocios hoy desconocidos. Reconfigurará incluso el Urbanismo, como lo está haciendo con el empleo, la residencia o el transporte. Lo hará con el hotel, la vivienda vacacional, la restauración y el comercio. Ya estamos en el futuro. Trabajemos en él.

*Arquitecto y Urbanista