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Sólo nos quedan los Reyes

1. Voy a hacerles el resumen de mis regalos navideños fuera de casa (los de casa son secretos): una agenda. Una agenda que me regaló Cajasiete, y que agradezco. No han regresado los años en que la gente se regalaba. Los periodistas éramos seres privilegiados: nos llegaban botellas de whisky y patas de jamón. Yo creo que todo eso desapareció, al menos en mi caso ya no existe. O me he hecho viejo carrucho y antipático o la gente ya no regala como antes, aprovechando la crisis. A mí me encantan los regalos, pero es que además disfruto con las chorradas más variopintas con tal de que me recuerden algo, que sean originales o que me trasladen a cualquiera de mis mundos. El de mi infancia, el de mi juventud, qué sé yo. Por eso, por mi afición a la chatarra y a la quincalla, en uno de los lugares donde más disfruto es en el rastro donde todavía pueden encontrarse cosas interesantes.

2. De estas fiestas navideñas sólo el día de Reyes queda para mí. Las demás fechas sólo me traen tristezas, así que me abrazo al Día de Reyes como un poseso, aunque no caiga nada, que siempre hay gente que te quiere y que te compra un detallito. Un Día de Reyes en El Corte Inglés es una maravilla. Recuerdo un año en que estuve firmando libros hasta la una de la madrugada, agotado, sin saber qué escribir, con la muñeca dolorida y los dedos agarrotados. De eso sabe mucho mi amigo Vicente Gómez Carrero, primer director de esta gran empresa en Tenerife, al que le mando un abrazo fuerte y los mejores deseos para el nuevo año.

3. Con el día de Reyes, el próximo miércoles, se acabaron las fiestas aunque uno no volverá a la realidad, como les dije el otro día, hasta la primera recepción de la carta negra, que se producirá cuando los funcionarios de la Agencia Tributaria se incorporen a sus puestos. Entonces comenzará de nuevo la esclavitud porque, si lo miran bien, somos todos esclavos de la hacienda pública, que es la que regula nuestras vidas, nos mete miedo y, si puede, nos arruina. Día de Reyes, que ya llega, qué ilusión. Yo me voy al rastro. Allí es todo muy barato.